El Real Betis se lleva una victoria de oro puro en el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey en Vallecas, remontando el inicial gol de Álvaro García con goles de Borja Iglesias y William Carvalho. Una victoria que, a la espera del partido de vuelta, le pone un pie en la final de la Cartuja.
Que Vallecas iba a ser una trampa era algo que todos tenían claro. Pero que el Betis iba a sobrevivir de esta manera era una incógnita. Una caldera en las gradas, el Rayo Vallecano sobreexcitado y el césped en un estado incongruente con la élite del futbol. Al Betis le costó enterarse de donde estaba y echó de menos una mano del colegiado Sánchez Martínez a la hora de castigar las continuas entradas sobre Fekir, que se las llevó de todos los colores. Pero el equipo no estaba cómodo en ese césped y se le notó muy desconfiado. Tanto que el primer gol de la noche, obra de Rayo, fue la demostración de que todavía no había entrado en el partido.
Carrera por banda de Balliu, se quita de en medio a Alex Moreno, la centra al área pequeña, bota, y aparece la cabeza de Álvaro García adelantándose a Sabaly. El Rayo se ponía por delante demasiado pronto y castigaba a su rival a base de juego directo. Y la verdad es que durante los 90 minutos el Betis sufrió muchísimo por banda, con las constantes llegadas de Álvaro García y Balli. Pero el Rayo, muy sobreexcitado, se relajó. Levantó el pie del acelerador, ya no presionaba tanto y le dio un aire al Betis que a la postre fue un error. Con Fekir al frente, el Betis se metió en el partido y comenzó a generar llegadas, hasta que Borja Iglesias se inventa un golazo monumental, regateando a tres jugadores en el balcón del área y clavando un derechazo raso en la portería local. Empate en el marcado y mucho partido por delante.
Y es que el Betis es un equipo que, por suerte, sabe adaptarse a lo que demanda el rival y este tipo de partidos con alta intensidad sabe igualarlo y controlarlo, pese a las altas probabilidades de errores defensivos. Hoy, y es noticia, la defensa bética volvió después de mucho tiempo a dar síntomas de desconfianza. El estado del césped y la electricidad de los rayistas fueron difíciles de controlar.
Tras el descanso, mismo guion. El Betis quería controlar el partido y el Rayo volcarse al ataque. Los de Pellegrini no estaban cómodos en el césped y eso lo aprovechó el Rayo para tener más posesión y generar más llegadas, aunque sin peligro para un Rui Silva que estuvo muy seguro bajo palos, deteniendo fácilmente todo lo que le llegaba y saliendo muy bien por alto.
Y el partido se desequilibraría en una jugada de maravillosa de William Carvalho, que recibe el balón dentro del área, le hace un caño a Catena como si fuera futbol sala y bate por bajo a Dimitrievski en el mano a mano. Vaya dos golazos de ha sacado de la manga el Betis.
Tello, Bellerín y Edgar ayudaron a apuntalar al Betis desde el gol y hasta el final, con oficio e inteligencia y perdonando alguna que otra llegada clara donde faltó precisión para generar una ocasión clara de gol. El Rayo también la tuvo en las botas de Nteka, cuando recibe un balón por banda de Bebé y en área pequeña remata de primeras obligando a Rui Silva a sacar la pierna por bajo.
No se movería más el marcador y el Betis firma media clasificación para la final de próximo mes de abril a la espera del partido de vuelta, que se jugará en el Villamarín el próximo 3 de marzo. Pero antes, el Levante este domingo, el Mallorca el de después y en medio la eliminatoria ante la Europa League.
