El Real Betis se lleva tres puntos de oro macizo en un partido muy condicionado por las decisiones de un Mateu Lahoz que permitió demasiado el juego duro sobre un Nabil Fekir que acabó pagando el despropósito con una clara expulsión. El Betis aguantó el resultado, se lleva los puntos y sigue aupado en la zona europea.
Cuando Mateu decretó el final del partido cerca de las seis y veinte de la tarde del domingo, todo el Villamarín resopló aliviado después de un partido duro, trabado y muy trabajado. El Betis se llevó la victoria con total merecimiento. Fue mejor que el Athletic, controló más el juego y estuvo muy sólido atrás, sin permitir llegadas de peligro de su rival. La defensa hoy formada por Sabaly, Pezzella, Bartra y Miranda estuvo muy atenta a la velocidad del Athletic, que no generó peligro real durante todo el partido.
El Betis, liberado de la presión mental de la Copa del Rey, volvió a mostrar una mejor cara y continuó evolucionando en el juego como ya hiciera ante Atlético de Madrid y Eintrach, pese a que en estos dos casos contara los partidos por derrota. Hoy fue mejor que su rival y lo demostró durante la primera parte, sabiendo responder con futbol al siempre trabado juego del Athletic, más pendiente de derribar a Fekir que de jugar al futbol.
Y Mateu permitió demasiado. Poco a poco fue minando en la moral de un Fekir que veía como jugada tras jugada recibía entradas y patadas que a veces eran falta y otras no. Y para colmo, hizo dos faltas por sendos brazos al espacio que acaban impactando en la cara del rival con excesivo teatro del visitante. Fekir tuvo que aguantar estoicamente que Mateu le diera la charla a él y no a quienes lo paraban y derribaban con faltas continuamente y hasta el final del partido.
Pero no contaban con la magia del francés, capaz de pinchar un balón bombeado que cae a la banda. Controla, recorta, cede a Miranda dentro del área que la pone para que Borja Iglesias aparezca en el segundo palo para meter la cabeza y sorprender a un Unai Simón que se le iba a caer la portería encima. El Betis se adelantaba en el marcador con total merecimiento, por primera vez en muchos partidos, pudiendo jugar con el resultado a favor para que al descanso pudiera tirar de control y precisión.
Tras la reanudación, el Betis intentó buscar el segundo pero con la cabeza puesta en no descomponerse atrás. Marcelino hizo un favor sacando del campo a Iñaki Williams y meter a su hermano Nico, que apenas tuvo incidencia en un par de jugadas con Aitor Ruibal, que entró para refrescar la banda y secar al joven del Athletic. Gran partido del siempre sacrificado y honrado Aitor Ruibal. El Betis dejó de tener ocasiones con el paso de los minutos y el partido se puso peligrosamente aburrido, sobre todo tras la expulsión de Fekir. El francés se calienta después de recibir la enésima patada del partido y algún comentario de Muniaín, más pendiente hoy del juego sucio que del futbol. A Fekir se le va la sangre y le da una patada desde el suelo al citado jugador rival. Mateu le saca la clara roja directa. Él, el único culpable de que estas cosas pasen.
Pero la verdad es que ni con uno más el Athletic inquietó la portería de un siempre seguro Rui Silva, hoy de nuevo en la portería como titular. El Betis tiró de garra, pundonor y cabeza para llevarse los tres puntos y seguir haciendo gala del contra todo y contra todos, porque más cosas en contra no puede tener.