El Real Betis se lleva una victoria de mérito y sufrimiento en el Nuevo Mirandilla entre la intensidad del Cádiz CF y el despropósito arbitral de Gil Manzano. Los goles de Tello y Borja Iglesias en la segunda parte le dieron la vuelta al desafortunado gol de Iván Alejo.
El Betis se está acostumbrando a ganar, y lo mejor de todo es que lo hace por pura dinámica y por calidad. Hoy los de Pellegrini no hicieron un partido demasiado bueno, más bien tirando a regular pues apenas fueron capaces de doblegar la intensidad del Cádiz CF de Sergio González. Pero en dos chispazos remontó el partido y se llevó los tres puntos. Tres puntos que lo dejan a uno de la Champions.
¿Qué el Cádiz pudo haber ganado? Perfectamente, pero no por méritos propios. Y es que los locales no hicieron absolutamente nada para merecer una victoria en el día de hoy. Solo una muy sólida defensa que fue un hueso duro de roer para el ataque bético, con muy pocas incorporaciones de Alex Moreno, muy poco de Canales y de Fekir, y con un Willian José que empieza a acumular partidos sin participación destacable.
El partido se iría al descanso cero a cero pero con la inexplicable y polémica decisión de los colegiados en boca de todos. A la media hora de partido, el Betis rompe líneas por primera vez y Sabaly se interna en el área. Apura para buscar que pase, encuentra a Canales y éste remata con pierna derecha. El balón se queda muerto sobre la línea de gol tras frenarse entre las piernas de un defensor que pierde la referencia de una pelota que llorando y por su propio pie acaba entrando dentro. La jugada es anulada por un fuera de juego que hasta la repetición parecía completamente inventado. Es Fekir el que, estando fuera del campo por el proceso de la jugada, intenta llegar a la pelota que andaba jugueteando entre las piernas del defensor y que, sin su influencia, acaba entrando. Ni Iglesias Villanueva en el VAR ni Gil Manzano en el césped quisieron dar el gol por legal en una inexplicable decisión que, como todas, quedará en el limbo de los errores arbitrales.
Tras el descanso, el guion del partido no cambió. El Cádiz tirando de intensidad y ahogando el juego combinativo del Betis, que por momentos tenía la pelota y por momentos la perdía y sufría el acoso de los locales por las bandas. En una de esas, saque de banda de Luis Hernández al corazón del área, entre Bartra y Pezzella dejan el balón muerto, Juanmi la regala atrás e Iván Alejo aprovecha para empujarla ante Claudio Bravo. Demasiado premio para un Cádiz CF que no había merecido ir ganando en ninguno de los minutos disputados. Castigo merecido para un Betis tan reincidente en errores en defensa.
Pellegrini movió el banquillo dando entrada a Borja Iglesias, y posteriormente a Tello y a Joaquín. El Betis, ahora con más terreno por delante, metió al Cádiz en su área y se dedicó a tocar la pelota en busca del hueco. No tardaría demasiado. En el 79’, un disparo de Tello desde la frontal entra rasa y colocada imposible para el portero local, después de una magistral asistencia de tacón de Nabil Fekir, que se llevaba a toda la defensa y dejaba solo al catalán. El Betis le ponía justicia al partido y acabó ganando por calidad.
La calidad que le faltó al defensor del Cádiz que en el 84’ cometió el penalti más absurdo de los últimos meses, cuando al intentar despejar un balón ante la presión de Borja Iglesias, toca la pelota con el otro pie, golpea al aire y después al delantero bético, que se quedó en el suelo reclamando el penalti hasta que la pelota acabó saliendo y el VAR llamó al colegiado. El Panda no falló y anotó su noveno gol en Liga esta temporada.
Hasta el final, el Betis supo sufrir las llegadas de un Cádiz que se fue a tumba abierta a por el empate, amparado por los hasta seis minutos de alargue. Tiempo perdido por ellos mismos durante la segunda parte y hasta el segundo tanto bético, pero sin poner en peligro a Claudio Bravo, con apenas cuatro tiros entre los tres palos.
El Betis pasará la noche a punto de la Champions, suma su segunda victoria consecutiva y ya piensa en la visita al Reale Arena dentro de casi una semana: el Viernes Santo a eso de las 21 horas de la noche.
