Tras las dos victorias consecutivas frente a Osasuna y Cádiz en liga, el Betis del Ingeniero visitaba Anoeta con el objetivo de aumentar su distancia en la clasificación respecto a la Real Sociedad, inmediato perseguidor de los verdiblancos. Para ello, Pellegrini partía con Bravo; Álex, Bartra, Pezzella, Bellerín; Guido, William Carvalho; Juanmi, Fekir, Canales y Borja Iglesias.
La contienda estuvo completamente dividida para ambos bandos, pero siendo la Real quien gozó de oportunidades más claras de gol. El Betis entró muy bien al encuentro: presionando bien arriba, saliendo bien de la presión y plantándose en campo contrario con facilidad. No obstante, con el paso de los minutos la Real fue asentándose y encontrando su fútbol. Encontraba a Silva y a Rafinha a la espalda del doble pivote, conectaba con ambos puntas para progresar y conseguía proyectar a ambos laterales constantemente. Fue en este tramo cuando los del Ingeniero se mantuvieron sólidos defensivamente y un gran Claudio Bravo sostuvo al equipo con varias intervenciones. Aún así los de Pellegrini se sacudieron este dominio rival y acabaran la primera mitad igualando la contienda.
Al descanso, el técnico de los visitantes optó por situar a Canales junto a Guido y a Ruibal en el costado diestro, sentando a un William Carvalho incómodo y desacertado. La decisión del chileno produjo que su equipo mejorase notablemente, comenzando a salir desde atrás, a presionar mejor en campo contrario y teniendo más tramos de posesión que en los primeros 45 minutos. Pese a esta mejora, no generó muchas ocasiones y la Real dominó el tramo final y estuvo cerca del gol, pero la zaga bética volvió a estar sólida y contundente para mantener la portería a cero.
No fue el mejor partido de los verdiblancos, y en algunos tramos sufrió bastante, pero estuvo fuerte atrás mediante un excelso Marc Bartra y compitió hasta el final frente a un rival directo. La falta de acierto en metros finales y el buen juego donostiarra durante largos tramos impidieron la victoria verdiblanca.