La Contracrónica del Real Betis-Valencia CF (2021/2022)
Por Pablo Montaño
Material a estrenar y herramientas usadas; Falta inversión en D+D; Con la fiambrera vacía; Puntillas por clavar; Primero el café, después las cervezas; Ley de la Continuidad; Los 27 del Ingeniero; Ni un tachón; Bajarse al barro; Subrayador amarillo; Bocata de tortilla; Del primero al último; Cortocircuito; Bórdalas; Una valla en el camino; Piezas de difícil encaje; P-26, señal de Desprendimiento; ‘Magic’ Pellegrini; Ladrillo a ladrillo; El ‘Rei’ de la obra; Las tres ‘S’; Estreno a la antigua; Sin muros de carga; Quién te ha visto y quién te ve; Lejos del Plan; De vacaciones sin aguinaldo; (Des)propósito de Año Nuevo; A la luz de la lámpara; ¿Dónde están los planos?; El de la vergüenza; También en la oficina; Avalancha; ¿Y por qué no?; Caminos cortados; Obras (de arte); La costumbre; De la virtud, un defecto; Sudar la gota gorda; Una flor en la guerra; Tropezar con el mismo escombro; Las coincidencias; La faena interminable; (Im)potencia alemana; Con y sin el genio; Orgullo obrero; Bocata de cemento; Volver; Al calor de las alturas; San Bartra; La maqueta… y El del Ingeniero.
La Contracrónica que siempre quise escribir. La de un equipo que ha hecho historia. La de una afición que, por fin, ha vuelto a alcanzar la gloria. La de un Ingeniero que tenía un Plan. Desde que llegó, desde que puso un pie en Heliópolis, Manuel Pellegrini ha trazado, plano por plano y día tras día, un Plan para devolver al Real Betis a lo más alto. El chileno ha tenido a su cargo a la cuadrilla de obreros que necesitaba. Ni la mejor ni la peor, simplemente la adecuada. La correcta. La que ha sabido representar al Real Betis y al beticismo en (casi) todos y cada uno de los partidos en los que ha saltado al terreno de juego. Y en el Estadio de La Cartuja, con el corazón de todo aficionado verdiblanco en un puño, volvieron a hacerlo. Grabando sobre plata que el Real Betis vuelve a ser campeón de la Copa del Rey.
El del 23 de abril era un día para disfrutar. Ya fuera en La Cartuja, la Alameda, el Benito Villamarín o en casa. Pero también para sufrir. Menos mal que Borja Iglesias apareció para hacerle la final algo más amena, e inolvidable, al beticismo. Y es que el Panda hizo, ante el Valencia CF, y sin miedo a equivocarme, el mejor partido de su carrera deportiva. Este cumplió todo cuanto el Ingeniero le pidió a uno de sus peones favoritos. Todo. El nombre de Borja Iglesias, de una forma u otra, tenía que estar ligado al (histórico) Plan de Manuel Pellegrini. Porque ayer Borja Iglesias terminó quitándose el casco de obrero para convertirse en jefe de obras. El Panda jugó de todo, y todo lo hizo bien. Y eso que, por momentos, Guido Rodríguez quiso arrebatarle el MVP del partido, pero el trofeo, gol aparte, ya tenía su zarpazo.
El Real Betis sufrió, y mucho. Pero es que sino, no sería el Real Betis. Por muy bien que empezaran el día los obreros del Ingeniero, la jornada laboral no iba a ser fácil. No podía serlo. Durante la faena hubo sangre, sudor y (muchísimas) lágrimas, todas ellas compensadas cuando, llegada la hora de mirar el resultado definitivo de la obra, el Plan había sido culminado. Hay quienes pensaron que la estructura podía tambalearse. Que en el último momento, todo lo construido por el equipo de trabajo verdiblanco se vendría abajo. Pero no. Ahí estuvieron, y quizás cuando menos se les esperaba, Willian José, Joaquín, Andrés Guardado, Cristian Tello y Juan Miranda. Al igual que tenía que ser Borja Iglesias, tenía que ser Juan Miranda. Tenían que ser ellos. Y tenía que ser el Real Betis. El Real Betis Balompié de Manuel Pellegrini tenía que ser quien se proclamara campeón de la Copa del Rey. Por fin. El Plan, continúa.