Ha comenzado el mercado de traspasos y en Onda Bética queremos echar la vista atrás y recordar aquellos mercados de fichajes del Real Betis donde se vivieron momentos curiosos, declaraciones, salidas inesperadas y fichajes espectaculares en lo bueno y en lo no tan bueno. Hoy nos vamos a un verano en el que el mundo se preparaba para la disputa del mundial de Francia y donde el Real Betis tendría el honor de realizar el traspaso más caro hasta la fecha. Nos vamos a 1998.
El Betis de Luis Aragonés terminó la temporada cayendo por 1-0 en el Bernabeu, cuando tenía opciones incluso de terminar en tercera posición si era capaz de ganarle al Real Madrid. No fue así, y los verdiblancos cerraron el curso como octavos, clasificándose para la UEFA y repitiendo clasificación europea por primera vez en su historia. Pero aquel Betis que había llegado a disputar la final de la Copa del Rey un año antes comenzaría a caerse como un castillo de naipes. Luis Aragonés fue el primero en abandonar. El fuerte temperamento del de Hortaleza y la personalidad de Manuel Ruíz de Lopera era un coctel molotov y el entrenador no renovó su contrato al llegar el 30 de junio. Pero no había problema. Al día siguiente, Lopera ya tenía un nuevo inquilino para el banquillo: Antonio Oliveira, un entrenador portugués de 46 años que venía de ser entrenador del Oporto. Pero no salió demasiado bien, pues apenas duró un mes como entrenador del Betis, forzando su salida en agosto de ese mismo verano, un mes antes de comenzar la temporada.

Antes de esa salida, Lopera necesitaba un golpe de efecto para su Betis. El equipo iba en clara caída libre, aunque volviera a jugar en Europa, y debía crear ilusión con diferentes caras nuevas. Y una de ellas fue Benjamín. Un chaval de 22 años que venía destacando en el Real Valladolid y por el que Lopera pagó 10 millones de euros (mil setecientos millones de pesetas, entonces). Otro de los nombres fue el de Ito, que a sus 23 años recala en el Betis por unos 5 millones y medio pagados al RC Celta de Vigo.
Pero no era suficiente. Había rumores de la posible venta de Jarni al Real Madrid, una de las piezas claves de aquel Betis finalista de Copa, una de las aristas del tridente de leyenda junto a Finidi y Alfonso. Lopera necesitaba un nuevo nombre que ilusionara al beticismo e hiciera olvidar al croata. Y lo encontró.
Denilson de Oliveira Araujo. Un extremo zurdo brasileño de 20 años, que venía destacando en Sao Paulo y que ya despertaba el interés de grandes clubes de Europa, entre ellos el FC Barcelona. En una entrevista posterior, el propio Denilson recordaba como se fue a dormir tras conocer que ficharía por el club azulgrana, pero que a la mañana siguiente le comunicaban que no, que cambiaba Barcelona por Sevilla. El Barça por el Betis. Una hazaña que Lopera llevó a gala durante prácticamente toda su etapa como presidente y aun todavía. Lopera pagó 5.300 millones de pesetas (31’5 millones de euros) convirtiéndolo en el fichaje más caro de la historia del futbol y todavía hoy en el más caro de la historia del Betis.

Pero no sería la única cara nueva. Ese verano también llegarían al Real Betis míticos jugadores como Filipescu, desde el Galatasaray, por el que Lopera pagó 3’5 millones de euros; y Celso Ayala, defensa central de 28 años que llegaba desde River Plate. Aquel verano también sería el del salto desde el Betis Deportivo de un joven camero historia verdiblanca: Capi.
En el capítulo de salidas, bien entrado el mes de agosto se consumó la dolorosa salida de Robert Jarni al Real Madrid. El conjunto blanco pagó apenas 5 millones de euros por el croata a sus 29 años, despidiéndose así de uno de los jugadores más recordados de la historia del Betis. También salió otro mítico: Bjelica. Con destino a la UD Las Palmas. Aquel verano también fue en el que Pinto dejara el Betis Deportivo para probar fortuna en el Celta de Vigo. Luego lo acabó ganando todo en el Barça.
Y tú te preguntarás. Bueno, ¿Y qué pasó con el entrenador si Oliveira se marchó en agosto cuando apenas llevaba un mes en el Betis? Al día siguiente Lopera anunció la contratación de Vicente Cantatore, entrenador argentino de 62 años que ya había pasado por otros equipos de LaLiga como el Tenerife, Valladolid o el propio Sevilla FC. Venía del Sporting de Lisboa y no le fue demasiado bien como bético. Duró 10 partidos.