El Real Betis consuma la primera derrota de la temporada cayendo en el Santiago Bernabeu ante un Real Madrid que concedió muy poco. El partido estuvo muy abierto, pero a los verdiblancos les faltó contundencia para hacer más daño a un Madrid más vulnerable de lo que parecía.
No pudo ser. El Betis tenía licencia para soñar con volver a ganar después de las tres victorias consecutivas en las tres primeras jornadas de Liga, pero el punto de genialidad de los blancos fue demasiado alto para un Betis que, pese a la valentía y la personalidad, no pudo o no terminó de creer. Y es que el Real Madrid golpeó demasiado pronto. Un balón a la espalda de la defens deja a Vinicius en la frontal del área ante la tibia defensa de un Edgar que no quería jugarse la expulsión, Rui Silva sale pero el brasileño le adivina la intenció y se la cuela de vaselina. El VAR ratificó el gol pese al posible fuera de juego.
Pero la peor noticia llegó unos minutos antes. Fekir tuvo que salir lesionado, por su propio pie y sin darse cuenta nadie. Callado, triste y enfadado echó la pelota fuera y se fue caminando al banquillo, donde se le aplicó un vendaje e hielo en el muslo. El Betis, que había salido muy intenso al verde del Bernabeu, se vino abajo y, pese a lograr empatar, no fue capaz desde entonces de asustar siquiera al Real Madrid. El Betis empató apenas diez minutos después, en una gran jugada entre Canales y Borja Iglesias, batiendo por bajo el cántabro a Courtois y haciendo el 1-1 en el marcador.
Pero el Real Madrid estuvo intratable. Los blancos eran un vendabal por bandas, con la pelota y generando mucho peligro. Rui Silva tuvo que volar para evitar el tanto de Tchouameni de cabeza al bote de un corner. El Betis sobrevivió desde la defensa a una primera parte con el esquema totalmente desdibujado y sin centro del campo. Todo un logro, eso sí.
Pero algo debía de cambiar para la segunda parte. Aguantar otros 45 minutos con el Real Madrid tan cerca de la portería de Rui Silva era un imposible. Alguna intentona a la contra que se quedaba en nada, pues el Betis perdió toda idea sin Fekir y con la ausencia de William Carvalho, dos piezas claves en el esquema y la idea de Pellegrini. Al Betis le faltó contundencia y colmillo para hacer más daño al Madrid, que la siguiente que tuvo la acabó convirtiendo. Una jugada entre Valverde y Rodrygo, para que el brasileño chutara dentro del área rodeado de defesas y acariciando Rui Silva la pelota.
El Madrid hacía justicia por la cantidad de aporte ofensivo que estaba generando, aprovechándose de un Betis sin mordiente y sin peligro. Y también de un Sánchez Martínez muy casero y sin querer complicarse la vida cada vez que una jugada dudosa podría interpretarse a favor o encontra de los locales. Tras el gol el Betis tuvo más la pelota y daba la sensación de que si aguantaba sin encajar el tercero tendría su ocasión. Con Willian José, Joaquín, Borja y Luiz Henrique arriba, faltó pausa e ideas para saber como entrar en una defensa blanca más vulnerable de lo que parecía. Con Fekir otro gallo hubiera cantado.
El Betis se marcha de vacío del Bernabeu y ya piensa en el primer partido de la Europa League, que será el próximo jueves en Helsinki, y pendiente por supuesto de la lesión de Fekir.