El Real Betis Balompié de Manuel Pellegrini consiguió en la noche de este domingo la cuarta victoria de la temporada en cinco partidos disputados. Un arranque prácticamente perfecto, donde solo ha sido derrotado por el mejor equipo del mundo, el Real Madrid. Partido, por cierto, en el que le birlaron un penalti, y pudo irse con un empate.
Pero el encuentro ante el submarino amarillo tiene muchos puntos que analizar a nivel táctico, empezando por la alineación. Pellegrini salió con un once formado por: Rui Silva, Sabaly, Pezzella, Luiz Felipe, Álex Moreno, William Carvalho, Guido Rodríguez, Luiz Henrique, Canales, Rodri, y Borja Iglesias. Literalmente lo mejor que tiene disponible El Ingeniero. Lo primero a destacar es el paso al frente de Sabaly por delante de Aitor Ruibal, y sobre todo, la posición de Rodri.
Muchos esperábamos que intercambiase continuamente su posición con Canales, al igual que en Helsinki con Joaquín. Pero esto no ocurrió. Hizo las veces de un extremo puro, pisando la línea de cal y siendo indetectable. Indetectable tanto para su propio equipo, ya que por muchos momentos estuvo desconectado de la organización, como para el rival, ya que en el gol, aparece totalmente sólo, a lo «Juanmi».
El partido en la primera mitad tuvo dos partes: los primeros 20 minutos en los que el Betis tuvo el control, y unos segundos 25 minutos en los que el Villarreal consiguió encontrar su juego: los espacios. Unos espacios que curiosamente venían generados por errores individuales de los verdiblancos, sobre todo de Pezzella, que bien provocaron tres ocasiones clarísimas de los visitantes. Un Villarreal que, eso sí, basó su juego en la capacidad de salida de balón de sus centrales, y la capacidad de encontrar tanto al doble pivote como a Giovanni Lo Celso.
Algo que el sabio abuelo del beticismo (cariñosamente hablando), detectó, comentó y solucionó, ya que en la segunda mitad, las figuras de Guido Rodríguez, Luiz Felipe y Álex Moreno se volvieron gigantescas. Consiguieron neutralizar al máximo el ataque rival, reduciendo los espacios, y sobre todo, ganando todos y cada uno de los duelos posibles, y lo que es más importante, anticipándose a todas y cada una de las acciones del conjunto amarillo.
Pero además, hay que destacar el otro Betis. Al que llevan los béticos pidiendo muchísimos años. Ese que se calza las botas de trabajo, y se baja al fango más engorroso para trabajar y salir adelante en los últimos minutos. Despejó todo lo posible, ganó todos los duelos posibles, y en especial, Luiz Felipe, desquició a todo el ataque del Villarreal.
Toca seguir trabajando, y todo pasa por seguir sumando de tres en tres. Siguiente parada antes del Girona, el Ludogorets.
