El equipo de Manuel Pellegrini doblegó a un insistente Ludogorest por 3-2 en la segunda jornada de la fase de grupos de la UEFA Europa League. Los del Ingeniero realizaron un partido muy completo, pero no gestionaron especialmente bien la ventaja al final y acabaron sufriendo en el último tramo del partido pese a la inferioridad del rival.
La realidad es que el partido de los verdiblancos fue bueno. A nivel general fue superior a su oponente y mereció la victoria por juego, acierto y pegada en las áreas. Hubo varios tramos del choque en los que el reparto estuvo dividido: transiciones del Ludogorest, llegadas de los béticos… en ese intercambio, aunque con mayor dominio verdiblanco en general, los locales se impusieron por mera calidad individual. Un Claudio Bravo diferencial atrás y la pegada arriba supusieron una renta de dos goles sin realizar un fútbol excelso.
Los problemas llegaron en algunos tramos para el Betis por la puntualidad en los goles de los búlgaros; el primero llega al borde del descanso y el segundo cuando el encuentro estaba muy controlado por los hombres de Pellegrini. La respuesta al primer «golpe» con el tanto de Despodov fue clara: ir a por el tercero, que consiguió a posteriori Canales, y controlar el partido mediante la posesión. Y la ejecución, realmente, fue inmejorable.
Sí les costó mucho más a los del Ingeniero tras encajar el 3-2, probablemente por llegar en un momento crucial y con el duelo aparentemente resulto. Tras el gol de Rick, el Ludogorest continuó insistiendo para empatar, a lo que el Betis respondió con nervios, desorganización y un gran desacierto en las transiciones, posiblemente provocado por el cansancio de varios jugadores que están realizando grandes esfuerzos por las bajas. Sin embargo, pese a no gestionar bien la ventaja en el tramo final y sufrir en demasía, el conjunto búlgaro solo gozó de una ocasión, aunque muy clara, por un error individual de Aitor Ruibal.
Nueva victoria verdiblanca en la Europa League que le permite visitar el Olímpico de Roma con una diferencia de tres puntos sobre los italianos, lo que acerca a los sevillanos al primer puesto del grupo. Los béticos prolongan su dinámica positiva con pegada, solvencia, seguridad… y un evidente descontrol tras el 3-2.