Apunte VII: Fekir por Luiz Henrique

No cambió el resultado, pero sí el partido. No impidió la derrota, pero sí otros 45 minutos de un preocupante nivel futbolístico y de intensidad del Real Betis. La entrada de Nabil Fekir en el descanso del encuentro ante el Celta de Vigo fue, para el equipo, como el agua fría por las mañanas: un lavado de cara. El despertar de un cuadro de las trece barras con un rendimiento, durante la primera mitad, nunca visto en los últimos meses de competición. Y es que hay que remontarse mucho tiempo atrás para ver a los pupilos de Manuel Pellegrini ofreciendo una imagen tan pobre sobre el terreno de juego. Pero fue el cambio del genio francés por Luiz Henrique el que supuso un punto de inflexión en la séptima jornada liguera. La de la segunda derrota verdiblanca del curso, sí. Pero también la del regreso del ‘8’ a la competición. Ese jugador al que entrenador, compañeros y aficionados han echado tantísimo de menos. A diferencia de la sustitución de Borja Iglesias por Willian José, el ingreso del galo, además de una necesidad para el equipo, se produjo por aclamación popular. Casi un mes (29 días) estuvo Nabil Fekir en el dique seco, y el Ingeniero y sus pupilos lo sufrieron. No tanto en los resultados, pero sí en lo futbolístico. Porque Nabil Fekir es de esos futbolistas que dejan huella cuando pisan el verde, pero cuya ausencia es casi más palpable que su presencia. Ni marcó ni asistió, pero fruto de su entrada al terreno de juego se produjeron 5 de las 26 faltadas cometidas por el conjunto vigués. Tampoco fue el que más dribló ni regates con éxito completó, pero sí el que, con sus conducciones y desequilibrio, permitió al Real Betis acercarse con (mucho) peligro sobre la portería defendida por Agustín Marchesín. El último y casi único impedimento para que los de Manuel Pellegrini no se llevaran, al menos, un punto del estadio de Balaídos. Con el genio francés en el césped la victoria no está asegurada, pero sí habrá más caminos (tantos como los que llevan a Roma) que conduzcan a ella.