Cierto es que el partido ante el HJK era uno de trámite, pero hasta esos hay que competirlos y ganarlos. Da igual la diferencia de puntos y la repercusión que puede tener en el siguiente encuentro o en la fase de grupos, estos partidos son de dar un agradecimiento al aficionado que se acercaba a su templo para animar a su equipo cada día. Así cumplieron. El Real Betis mostró profesionalidad y seriedad ante todo en el último partido de la fase de grupos de la UEFA Europa League. Una fase de grupos redonda y que se corona como líder del grupo, evitando ronda previa y equipo Champions.
Pellegrini no dudó en sacar un once muy rotativo para dar minutos a aquellos jugadores que no disfrutaron tanto de Europa. Ruibal se lo agradeció con un doblete, siendo uno de esos dos goles el que se consideraría como el mejor de la jornada. Le bastó 45 minutos como le dijo al “Ingeniero” para mostrar su calidad a raudales.
Quién nos iba a decir que nuestro mejor fichaje veraniego era un extremo reconvertido a lateral. Ya no es sólo su golpeo, es la toma de decisiones, su posicionamiento y su proyección ofensiva, remarcando las bandas del Betis como dos puñales. Ya se habló aquí de su posición y su experiencia en Leganés por las bandas, pero el cartel de “lateral de emergencia” está muy hundido con su versión en la actualidad.
Mientras, el equipo jugó a lo que sabía jugar y fueron letales, juguetones, agresivos. Estuvieron muy cómodos, como si jugasen en sus jardines pero con la mentalidad de un encuentro importante. Y lo es, porque muestran en las antesalas de El Gran Derbi sevillano que van a ser un rival muy duro de batir. Aún así, en esos partidos, todo se deja atrás.