Como si de un libro se tratara, el Real Betis le puso a la competición liguera un separador entre las páginas catorce y quince allá por el mes de noviembre y tras la derrota en Mestalla. Algo más de un mes después, el Betis ha vuelto por donde lo dejó. Por el mismo capítulo, con los mismos errores, los mismos defectos y más mismas faltas.
Real Betis y Athletic firmaron las tablas para cerrar el año en un partido muy equilibrado y parejo, donde ambos conjuntos se repartieron las ocasiones y la posesión como si fuera por turnos, pero donde las defensas se impusieron a la nula puntería en ataque. A los de Pellegrini les costó entrar en el partido, superados por la intensidad del Athletic, que con la presión alta y la recuperación rapida ahogaba al Betis, negándoles la posesión.
Pero sin peligro para Rui Silva. La defensa bética no dejaba espacios y las estelares acciones de Felix, Luiz Felipe, Sabaly y Guardado daban oxígeno a un Betis necesitado de calma y tranquilidad. Cuando eso llegaba, el campo se inclinaba hacia el área de Unai Simón, pero también el ataque verdiblanco pecó de falta de puntería.
El 0-0 al descanso era síntoma de que el partido se lo llevaría quién fuera capaz de ver portería. El Athletic generaba llegadas por banda, con la velocidad de los hermanos Williams, pero sus centros no entrañaban peligro alguno. Así que con el paso de los minutos el Betis pudo dar algún pasito al frente, sobre todo con los cambios de Ernesto Valverde, que le dieron más consistencia en defensa que ritmo en ataque.
Con la posesión, el Betis lograba enganchar a sus jugadores de peligro, pero la maraña defensiva del Athletic era un quebradero de cabeza sobre todo para Borja Iglesias, muy lejos del área y totalmente anulado. Pellegrini dio entrada a Willian José y Juanmi, pero el Betis no pudo en todo el partido conectar jugada alguna que acabara en ocasión de gol. Todo era disparos lejanos que Unai Simón despejaba sin problemas.
En el descuento, el Athletic ya acumulaba varios minutos de calentar el partido y que se jugara muy poco. Vivian se encaró con Joaquín después de que éste lo dejara tirado en el suelo tras un regate, y la entrada de Muniain y Raúl García terminó por darle el innecesario protagonismo al show del Athletic Club. Tanto, que una entrada dura de Luiz Felipe acaba en tangana de casi todo el equipo bilbaíno contra el italobrasileño, y la decisión de Hernández Hernández de cortar por lo sano expulsando al central bético, pero sin castigar a los abusones.
El partido terminó con bronca general al reincidente colegiado canario y ovación a Luiz Felipe, que se perderá el próximo partido en Vallecas. El Betis despide el año como lo dejó antes del Mundial: negado de cara a puerta, sufriendo expulsiones y sin saber ganar.