El Real Betis se lleva la victoria en su visita al Coliseum Alfonso Pérez en un partido lento, gris y falto de ideas, que tuvo que decidirse por un penalti que transformó Borja Iglesias para hacer sumar a su equipo los tres puntos en una fría noche de Getafe.
Partido de esos en los que uno no se explica como el mensaje ambicioso del Real Betis puede ser el que es cuando ve lo que propone el equipo en el verde. El mensaje de competir, de salir a ganar y de pelear por la Champions no casa absolutamente nada con el desempeño de un equipo que sale a los partidos pensando que ya lo ganará cuando sea. Hoy, por suerte, el Getafe no llegó a incordiar en ningún momento la portería de Rui Silva, pero de haber marcado como le ocurriera al Espanyol hace una semana, ojito.
Pero, ciertamente, el Betis no fue el mismo que ante el Espanyol. Hoy el equipo tuvo más la pelota ante un Getafe más predispuesto a defender y a buscar una contra que diera resultado. El Betis tocaba y tocaba en un juego de pases totalmente inerte, aunque tuvo dos ocasiones peligrosas en la primera parte. Primero, Borja Iglesias, quedándose solo ante David Soria, pero el portero salió muy rápido y le tapó el escaso hueco que tenía el Panda, muy escorado. Más tarde, un cabezazo de Luiz Henrique que se marchó rozando el palo. Esas dos fueron las mejores ocasiones de un Betis que mejoró en el juego con un Canales volcado a la derecha, pero sacrificando a Luiz Henrique, más timorato en la izquierda. El Getafe no creaba peligro ni disparos a portería, pero cada vez que superaba la línea de mediocentro terminaba jugada con un disparo que salía desviado o que acababa en córner.
Tras el descanso el Betis se desenchufó y confirmó el paso atrás en el partido. El Getafe le quitó la pelota, y aunque seguía sin incordiar a Rui Silva por deméritos propios y por méritos de una pareja de centrales muy atenta y expeditiva, al Betis sufría sin la pelota y veía como el paso de los minutos iba en su contra. Pellegrini metió en el campo a Fekir y Juanmi y rápidamente se notó la influencia del francés en el juego del equipo, pues sacó dos faltas cercanas al área que finalmente no crearon tanto peligro como podría haber creado.
El partidos se equilibró entre un Getafe menos temeroso con la pelota y queriendo llegar al campo rival tocando y superando líneas verdiblancas y un Betis menos propositivo al estar más disputada la posesión. Y en un partido que podría haber caído de cualquier lado en cualquier jugada asilada, la suerte, el peso de la calidad o la influencia divina provoca que, de la nada, un balón disputado en el aire entre Canales y Duarte, acaba con un pase al área del cántabro que toca en el codo del defensor del Getafe. Cuadra Fernández no se lo pensó y decretó penalti, a la espera de que el VAR confirmara que estaba dentro del área, por lo apurado de la escena.
El VAR lo ratificó y Borja Iglesias se encargó de transformarlo, anotando su primer gol desde el mes de octubre y poniendo al Betis por delante en un partido donde, pese a ir con algo más de ímpetu a por los tres puntos, no pudo hacer demasiado en la segunda parte para merecerlo tanto como sí lo hubiera merecido en la primera media hora del partido.
Desde el gol hasta el final, muy poco o nada. Un Betis que intentaba tranquilizar y dormir el partido ante un Getafe que entregó la cuchara y solo buscó el empate en alguna jugada a balón parado ya en el descuento y que seguía sin entrañar ningún tipo de peligro.
Otra victoria para la lista de un Betis resultadista, que esta semana ha ganado más partidos por meter un gol más que el rival que por poner toda la carne en el asador para ganar. Pero al final lo que importa son las victorias, y el Betis suma una más, para colocarse con 31 puntos e ir a recibir el miércoles al FC Barcelona con otro aire y con otra cara.