El Real Betis deja muy encarrilada la clasificación europea tras vencer al Rayo Vallecano por tres goles a uno, y tras una alta dosis de tensión y sufrimiento que de transformó en el delirio final.
Si sufrimiento no sería el Betis. La historia del Real Betis Balompié está ligada a la tensión, a la dificultad y a las complicaciones. Ganar fácil es cosa de otros equipos, y quizás por eso cada victoria de los verdiblancos sabe mucho mejor que en cualquier otro lugar del mundo. Hoy el Betis ganó con mucho trabajo, complicándose un partido que tenía encarrilado y transformando en delirio la tensión acumulada durante gran parte del encuentro. Y así las victorias saben mucho mejor.
El Betis se llevó el primer susto de la noche demasiado pronto, cuando Isi manda al palo una ocasión de esas que se fallan muy pocas, aprovechando que la defensa verdiblanca todavía no se había enterado que el partido había empezado. Pero ese susto se olvidó cuando apenas unos minutos después, un trayazo de Sabaly con la izquierda se cuela por la escuadra, provocando la alegría general y la incredulidad por el golazo del senegalés. El Betis se adelantaba en el marcador y controlaba a un Rayo que volvió a demostrar pesarle el Villamarín, como le viene ocurriendo en las últimas temporadas. Eso sí, volvería a avisar con otra ocasión que el palo de la portería de Claudio Bravo se encargaría de escupir. Aunque antes del descanso el Betis lograría doblar su ventaja, aprovechando Ayoze un balón muerto al bote de un córner que remata como puede Willian José y la deja para que el canario la empuje.
El Betis firmaba el segundo y Pellegrini pareció firmar el final del encuentro, quitando a William Carvalho en el descanso. Y ahí el Betis firmó su error. Los verdiblancos notaron la ausencia del portugués y perdieron el control del partido desde la posesión. El Rayo tenía más la pelota y se jugaba demasiado en posesiones largas de los visitantes, lo que provocó que el Betis cada vez se acercara menos al área rayista. Tanto se dió la vuelta al partido que el Rayo silenció el Villamarín cuando Comesaña remata a dentro un centro de Álvaro García desde la banda.
Al Villamarín le entró el miedo y el equipo lo notó. El Rayo dio un lógico paso al frente y Pellegrini tuvo que dar entrada a Borja Iglesias y Rodri para ganar en balones largos y rascar algo en campo rival, donde hacía mucho que no se jugaba. El Rayo seguía dominando el partido y llegando, pero sin generar peligro en la portería de Bravo, que sí vio como un disparo desde la frontal se iba al larguero.
El tiempo pasaba muy lento, como en San Mamés. La defensa del Betis achicaba agua y al mediocentro se le iba acabando la gasolina. Con apenas el descuento por delante, Pellegrini dio entrada a Joaquín y Juanmi, que refrescaron al equipo, que le costó entender y poder dormir a su rival con posesiones largas, pues el ímpetu era lógico a la hora de buscar el tercero.
Y en una de esas jugadas en las que cualquier equipo muestra inteligencia y apura los dos últimos minutos en tener la posesión, buscar la falta o irse al córner, Rodri comete el error de buscar un pase filtrado que deja a Joaquín solo dentro del área. Error que acabó saliendo bien, pues Joaquín le regaló el gol a Borja Iglesias para sellar la victoria y desatar el festival de un Villamarín que respiró aliviado y se desató hasta el pitido final, que llegaría muy poco después.
El Real Betis suma tres puntos que le hacen separarse en siete de su inmediato perseguidor con apenas doce en juego. Los verdiblancos ya hacen cuentas y podrían sellar Europa el próximo domingo en el derbi.