Victoria del Real Betis ante el Athletic Club en un partido que dominó durante los 90 minutos y enmienda las malas sensaciones en Europa. El Chimy Ávila, Yuri en propia puerta y Johnny Cardoso pusieron los goles en una fantástica y lluviosa tarde en el Villamarín.
Cuando el Betis quiere es un equipo muy diferente a cuando no quiere. Hoy sí que hay darle la razón a Manuel Pellegrini cuando dice aquello de que el equipo «salió a buscar la victoria desde el primer momento» y no como recalca en otras ocasiones en su siempre positivo discurso. Hoy el bético si volverá a casa satisfecho por la magistral tarde de futbol que su equipo brindó a los suyos ante todo un Athletic Club que, aunque lógicamente pensando en las semifinales de la Copa del Rey, es uno de los equipos más en forma de LaLiga.
Hoy el Betis sí buscó la victoria desde el primer momento y encontró premio pronto, mediada la primera parte en un contragolpe que el Chimy Ávila define a la perfección ante Unai Simón aprovechando un pase sensacional de Willian José. El argentino celebró con rabia su primer gol como verdiblanco y fue la mecha perfecta para que el Betis no se durmiera en los laureles, o en el marcador, y el Villamarín siguiera encendido. Algo que permitió que el equipo siguiera enchufado, algo que no ocurre normalmente por desgracia, y en otro contragolpe marcó el segundo, aprovechando un pase filtrado al área que Willian José estrella en el portero visitante, pero el rebote se lo mete Yuri en propia puerta haciendo el 2-0.
El Athletic Club se veía totalmente desbordado y fruto de esa frustración llegaría la expulsión de Nico Williams, que vio amarilla por derribar a Fekir cuando entraba en el área y automáticamente la segunda por aplaudir la decisión del colegiado en tono de burla y sorna. Cuadra Fernández no lo permitió y el vasco se marchó a la ducha antes de tiempo y bajo una lluvia de risas del respetable del Villamarín por semejante tontería.
Pero el Betis no sería el Betis si el partido tornase plácido, y en la última jugada de una extensa primera parte llegaría el gol visitante, cuando Guruzeta remata solo en el primer palo entre cuatro futbolistas del Betis y un Rui Silva al que se le iba a caer el larguero encima de la cabeza. Entre la lluvia y el gol visitante, el partido se fue al descanso algo desangelado.
Tras la reanudación, no tardaría Pellegrini en mover el banquillo y apenas en el 49 ya llevaba dos cambios. El primero fue el de William Carvalho por Altimira en el descanso y el segundo en del un Chimy Ávila amonestado y protagonista en todas las batallas del campo. El chileno lo vio claro y lo sacó para dar entrada a Rodri, que estuvo muy participativo todo el encuentro.
Pero el partido no dejaba de estar en un alambre peligroso. Con uno menos, al Athletic le costó demostrar esa superioridad numérica de los verdiblancos y al Betis, dominar el encuentro. El marcador era demasiado corto y el miedo al empate en cualquier jugada aislada, un riesgo innecesario. Hasta que Johnny Cardoso apareció con un disparo seco y colocado desde fuera del área para hacer imposible la estirada de Unai Simón y poner el 3-1 tranquilizador en el marcador. El Betis, ahora sí, pudo controlar el ritmo de juego y esperar plácidamente a que el partido terminara. Eso sí, desperdiciando alguna que otra llegada para abultar más el marcador y lamentando la lesión de Aitor Ruibal, que sufrió una fea torcedura del tobillo que le obligó, al final del partido siendo ya sustituido por Bellerín, a saluda a la grada con una ostensible cojera.
El Betis pasará la semana como sexto clasificado tras la derrota de la Real Sociedad y prepará desde ya la visita al Civitas Metropolitano del próximo fin de semana. Un Atlético de Madrid que jugará esta semana la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante precisamente el Athletic Club. Parece que ya no llueve tanto sobre Heliópolis.