Derrota del Real Betis ante el Villarreal CF en un partido donde las desgraciadas acciones en contra del conjunto verdiblanco lo alejan de Europa tras la victoria de la Real Sociedad.
El Betis de la temporada 23/24 no está para pedirle muchas cosas. O al menos, eso se empeña hacer creer. En que no se le podía pedir pasar de ronda en Copa ante el Alavés, en que no se le podía pedir pasar como líder de grupo en la Europa League, ni mucho menos pedirle eliminar al Dinamo de Zagreb. Y tampoco, que hoy no perdiera contra un Villarreal que venía de comerse una derrota por 4-0 en Marsella hace tres días. Pero quizás fuera demasiado pedir.
El Betis nunca fue mejor que su rival en los 98 minutos que duró el partido pese a ponerse por delante en el marcador hasta en dos ocasiones. Primero fue Guido, aprovechando un balón muerto en el área para colarlo en la meta rival; y después Willian José, rematando de primeras un gran centro de Pablo Fornals. Pero esa pegada fue un espejismo, o más bien, este Betis se empeña demasiado en tirar piedras contra su propio tejado.
Y todo el trabajo tirado por el suelo como un castillo de naipes, que tanto cuesta montar pero se cae con un simple soplido. Empató el Villarreal hasta en dos ocasiones, primero aprovechando Alex Baena un pase de la muerte de Sorloth, que se quedó solo ante Rui Silva ante la pasividad de una defensa muy adelantada. El Betis fue un constante quiero y no puedo durante todo el partido, también en la segunda mitad, donde desaprovechó la ventaja en el marcador tras un centro de Gerard Moreno que entre Guido y Sokratis no despejan y se la cuela el griego con el hombro.
Una acción desgraciada que era el punto inicial de una segunda parte dantesca del Betis, que también vio como a la contra el Villarreal generaba mucho peligro, y otra vez en dos pases se plantaba el delantero noruego ante Rui Silva para firmar la remontada. El Villamarín era un cementerio tras el tercero del Villarreal, sobre todo por la contra llegó tras fallar Fekir un disparo en el área pequeña al que Jorgenssen detiene sacando la manopla.
Y es que la realidad es que el Betis solo igualó con su rival cuando tenía la pelota y eso solo pasó cuando estuvo en empate o por debajo del marcador. Con 2-3 lo intentó con más intenciones, pero los cambios no ayudaron. Pellegrini sacó del campo a Fornals, cuando estaba siendo el mejor, y Cardoso mejoró a Carvalho demasiado tarde. Ayoze aportó mucho más que un Willian José que jugó muchos más minutos de los que merece.
Pero tras las absurdas expulsiones de Alberto Moreno y el Chimy Ávila el Betis no fue capaz ni de hacer cosquillas a la defensa del Villarreal, que lo sacaba todo en defensa y se llevó un partido por piernas, más que por futbol. Eso que al Betis parece habérsele olvidado.