El Real Betis impone su calidad a las malas artes del Getafe, que solo pudo dedicarse a hacer faltas, protestar y parar el juego para intentar evitar la derrota. Lo Celos firmó un doblete en su primera titularidad de la temporada.
Segunda victoria consecutiva y de qué manera. Sabe a gloria cuando impones tu calidad al antifutbol del Getafe. Y más cuando ves que es Bordalás quién parece estar llevándose el partido a su terreno y sacarte literalmente de quicio. El Betis fue mejor que su rival. Bastante más. Pero todo dependía de tener acierto en ataque y acabó necesitando de un penalti para abrir la lata después de mandar al limbo más de una ocasión clara.
Porque bastantes ocasiones estaba teniendo el Betis para lo que dejaba jugar un Getafe que ya a los tres minutos dejó clara sus intenciones. Fue Bertug quién, tras cuerpear con Bellerín, acaba en el suelo y queriendo y de manera temeraria le empuja con los tacos la rodilla del lateral verdiblanco aprovechando que tras la caída tenía el pie justo ahí. Bellerín sintió el dolor y el susto del golpe, que le podría haber hecho mucho daño, pero más dolió como el VAR parecía no estar todavía encendido e ir con retraso.
Ese fue el primer epígrafe de una primera parte vergonzosa de un Getafe que solo y exclusivamente se pudo dedicar a eso. Faltas y más faltas. Tarjetas. Pérdidas de tiempo. Protestas. Intentos de compensación y de engañar a un Pulido Santana que lo pasó mal en la primera mitad por el espectáculo circense que los del sur de Madrid estaban ofreciendo. El problema fue que el objetivo lo estaba cumpliendo, y que pese a las ocasiones que el Betis tuvo para adelantarse, no entraron y el 0-0 al descanso era lo único que valía.
Tan poco le gustaba a Pellegrini que sacó del campo a un Perraud amonestado para dar entrada a Ricardo Rodríguez. Cierto es que el Getafe bajó la intensidad de las faltas y las protestas, lo que permitió al Betis tener más la pelota y que el juego fuera más fluido. Las llegadas se fueron intensificando, Vitor Roque desperdició dos muy claras y Llorente estrelló en Soria una chilena a pase de un Lo Celso que estaba moviendo al equipo a su antojo. Hasta que un centro desde la derecha lo remata Vitor Roque y da en la mano de Luis Milla cuando la pelota iba a portería. El colegiado advirtió de que no había pasado nada con un gesto ostensible y el partido continuó. Tanto que parecía que el VAR volvía a estar desenchufado cuando las primeras repeticiones evidenciaban el penalti. Pero no. El VAR apareció y llamó al colegiado.
Y llegaría el gol de la justicia. Lo Celso volvía a marcar con esa camiseta y en ese estadio donde tan felix hizo a muchos. El Betis se ponía por delante y el detalle es que aun así Pellegrini no se atrevió a hacer ningún cambio, pues toda la carne la tenía sobre el césped y temía que la entrada de un jugador de segunda fila estropeara lo que tanto había costado. Pero el 2-0 lo cambiaría todo. Un disparo un poco a la desesperada de Lo Celso tras quedar muerto al borde del área después de la enésima batalla de Vitor Roque con los centrales del Getafe, se cuela en la portería después de que tocara en la espalda del brasileño, cambiándole la trayectoria a David Soria. Valía igual y el partido parecía finiquitado.
Fue entonces cuando Pellegrini dio sacó del campo a los jugadores que todos sabían que eran los cambios obligados: Fornals y Vitor Roque, totalmente fundidos para dar entrada al Chimy Ávila y a Aitor Ruibal. Más tarde se llevarían la ovación Lo Celso y Abde, para dar entrada a Juanmi e Iker Losada. El partido tendría su intriga final con el gol de cabeza de Arambarri, con la defensa pensando ya en la ducha, lo que hizo que a más de uno le sentara mal la cena en los cinco minutos finales de los nueve que duró el alargue.
Segunda victoria consecutiva de un Real Betis que ya suma 8 puntos y se aupa a la zona noble de la tabla. El próximo lunes recibirá al RCD Mallorca, equipo que precisamente marca la sexta posición.