Derrota y malas sensaciones del un Real Betis que no fue capaz de aprovechar las numerosas ocasiones que tuvo para ganarle a un RCD Mallorca que compitió de manera inmejorable y se llevó los tres puntos por acierto.
Los buitres vuelven a sobrevolar el Benito Villamarín después de una dura derrota del Real Betis en un partido donde la falta de pegada le penalizó, como ocurriera en las primeras jornadas. Pero también es cierto que el mismo número de ocasiones tuvo el RCD Mallorca para haberse adelantado en el partido mucho antes, y no en un postrero gol en el descuento cuando todo parecía avocado a un reparto de puntos que tampoco hubiera dejado buen sabor de boca. Y es que en esa moneda al aire, hoy al Betis le salió cruz.
Porque un partido que empieza con un trayazo de Lo Celso imparable para el meta visitante y a los once segundos de tiempo efectivo te lo empata Dani Rodríguez después de un desbarajuste en defensa de los de otra época, es para preocuparse. Del éxtasis más orgásmico por el tremendo golazo del argentino al jarro de agua fría que fue el empate. Algo no era como debía ser y el partido demostró que iba a estar muy igualado.
Sobre todo por la malísima primera parte de un García Verdura que comenzó a cambiar el criterio de las faltas como le vino en gana y que terminó con la roja directa a Lo Celso en una jugada donde ocurrió todo menos lo que creyó haber visto el árbitro. Menos mal que el VAR le salvó del bochorno y le hizo ver que en ningún momento el argentino impactó con los tacos al tobillo, si no que fue una leve zancadilla en la que incluso llega a tocar el balón antes. La primera parte fue un duelo titánico entre un Betis protagonista y un Mallorca muy bien plantado sobre el campo.
La segunda parte, más de lo mismo. Las aguas con el colegiado se calmaron y el partido tuvo más continuidad. Pero al Betis se le iba agotando la gasolina y el partido fue por momentos dominio verdiblanco con ocasiones desperdiciadas, como dos de Vitor Roque, y posesiones largas del Mallorca que hacía correr a los de casa detrás del balón. Los de Arrasate también llegaron a tener alguna que otra llegada, pero en todas Rui Silva lo evitó.
Los cambios tampoco mejoraron lo presente. Bakambú era un pollo sin cabeza que no aportó anda y solo corría tras defensores bermellones; Fornals no es nadie sin balón y Juanmi tres cuartos de lo mismo. El partido estuvo en un disparo de Abde que se estrelló en el palo y luego en el otro, paseándose sobre la línea de gol. Esa es la ocasión que hubiera hecho que la moneda hoy hubiera salido cara, pero salió cruz y sería el Mallorca quién, en la penúltima del partido, metiera la que tuvo tras un córner que peinan en el primer palo y rematan en el segundo ante la pasividad defensiva. Uno de los goles más viejos del mundo.
El Betis paga demasiado pronto el esfuerzo de los tres partidos en una misma semana, se deja un punto en casa y ya piensa en visitar a la UD Las Palmas el próximo jueves. Quizás demasiado pronto.