El Real Betis venció al Sant Andreu aunque no con una amplia dosis de sufrimiento, mala imagen y desesperación. La victoria acabó llegando en los minutos finales gracias a dos goles de Bartra y Abde.
El Betis cumple y estará en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Eso sí, la dosis de sufrimiento y de vergüenza ajena por la imagen ofrecida por el cuadro verdiblanco durante gran parte del partido fue demasiada para el compromiso ante un Segunda RFEF. El Sant Andreu mostró más compromiso, más ganas, más intensidad y más motivación que un Betis que, por decisión propia o acusado por el rival, cometió el terrible error de darle la pelota al rival y esperar una contra que nunca llegó.
En esa tesitura, el Sant Andreu sacó motivación de donde no la había al verse superior. Crecido con la posesión, ante una presión e intensidad muy blandas por parte del Betis, que no hacia mucho por intentar recuperarla y que cada vez que lo hacía no era capaz de dar tras pases seguidos. Jesús Rodríguez, el único con vergüenza torera para coger la pelota y querer llegar arriba. La apuesta de Ricardo Rodríguez como pivote defensivo fue un rotundo desastre.
Pero en medio de todo eso, una dudosa falta al borde del área del Sant Andreu lo cuela el Chimy Ávila de falta directa, con la ayuda del blando portero local. El Betis se adelantaba casi sin merecerlo. Aún así, lo único que se le pedía entonces al equipo es que no ocurriera como hace una semana en la Republica Checa, pero efectivamente fue así. El Betis volvió a meterse en su área, a olvidarse de la posesión y a ver como el Sant Andreu le empataba el partido a los diez minutos en una bonita jugada colectiva que sacó las vergüenzas de la defensa bética.
El resto del partido fue igual. Un Sant Andreu que con la posesión le daba un baño de intensidad al Betis y un Betis incapaz de generar absolutamente nada. Incluso el segundo tanto del Sant Andreu estuvo muy cerca, en una jugada rocambolesca dentro del área donde Fran Vieites la saca en la raya de gol y el disparo del jugador local posterior acabó topándose con un compañero que pasaba por ahí y evitó un gol cantado. Además, antes hubo un claro penalti por mano de Sabaly que el colegiado Busquets Ferrer no vio.
Pellegrini olió el miedo y dio entrada a Vitor Roque, Altimira y Abde. El equipo mejoró lo suficiente para generar dos ocasiones aisladas: en la primera, una jugada individual del Chimy que deja solo a Vitor Roque para definir y su disparo salió del modesto estadio local. En la segunda, el propio Vitor Roque provocó un penalti de esos con más participación del delantero por dejarse caer que del defensa. El delantero brasileño erró pero por suerte el rechace acabó en las botas de un adelantado Bartra para definir con el portero en el suelo.
El Betis se ponía por delante casi sin merecerlo y sin saber cómo, pero el devenir del final del partido calmó al bravo Sant Andreu y los verdiblancos pudieron meterle cloroformo al partido desde, por fin, la posesión y la calma. Incluso así llegaría el tercero, en una gran jugada entre Jesús Rodríguez y Mateo Flores que acaba con el pase de la muerte a Abde para sentenciar.
El Betis coge aire pero vuelve a dejar muy malas sensaciones ante un rival de categoría muy inferior, donde mostró una nula intensidad que no casa con la competitividad y provoca sufrir con cualquier rival.