Nunca sabremos qué hubiera ocurrido si la UD Las Palmas no se hubiera visto con un jugador menos avanzada la segunda parte, porque la impresión general era que el Real Betis no iba a ser capaz de meterle mano. Pero pese al juego impreciso y ansioso, los de Pellegrini vuelven a sumar de tres por cuarta jornada consecutiva y se asoman a la quinta plaza.
El Real Betis salió al verde del Villamarín seguramente pensando que se trataba de un dejavu: otra vez a media tarde, otra vez lloviendo. Y quizás por eso el juego del equipo pareció estar anclado en un día de la marmota. No es vistoso, no es fresco. Es pesado, casi ansioso. Daba la sensación de que el equipo pensaba que el partido se ganaba fácil y con algún que otro highlight de Antony o de Isco, pero se encontró un rival muy ordenado y que demostró haber aprovechado muy bien la semana al completo para plantarle cara a los de Pellegrini.
El Betis en la primera parte fue como la lluvia: a ratos. Cuando tenía la posesión, mandaba y hacía correr a su rival, pero le duró el tiempo de ver que los de Diego Martínez iban a ser más difíciles de lo esperado, y el Betis perdió la pelota. No le duraba al equipo la posesión. Pérdidas y pérdidas que evitaban el control de la situación y daban ánimos a un rival que poco a poco se fue creciendo. Jesús Rodríguez falló un mano a mano ante Cillesen en el único disparo a puerta del Betis en la primera mitad. Las Palmas tampoco se encontró con Adrián, pero cada jugada en ataque elevaba el run run de la grada ante la desconfianza en la defensa bética.
Tras la reanudación, mismo guion pero que fue decantado a favor de los verdiblancos por la segunda amarilla de Essugo, que derriba de manera torpe a Isco en campo bético y Sánchez Martínez no se pensó en castigar al portugués. Pero el jugar con uno más no le puso al Betis las cosas más sencillas como se podría esperar. Y aunque el gol llegó pronto, fue en una jugada a balón parado que poco ayuda al análisis de qué hubiera sido capaz este Betis de llevarse si enfrente estuviera un equipo con once jugadores. Un córner que se queda corto, un rechace al área y Llorente la empala para meterla dentro. Se adelantaba el Betis, al que de repente todo se le ponía de cara en la lluviosa tarde de este domingo.
Pellegrini movió el banquillo dando entrada a Altimira y Abde, por unos Fornals y Jesús Rodríguez completamente desfondados. El marroquí saltó eléctrico al campo y de sus botas se pudo generar alguna que otra ocasión que hubiera terminado por matar el encuentro, pero el equipo hoy en ataque estaba lento e impreciso, con un Isco desbordado y Antony muy perdido en la banda. El partido se pudo terminar de ganar en un penalti sobre Altimira a la salida de un córner en corto que Cillesen paró a Isco ya en el descuento. El partido, sin embargo, terminó en el área del Betis con una gran parada de Adrián, aunque la jugada fue invalidad por fuera de juego.
El Betis suma cuatro victorias consecutivas y 41 puntos para acercarse a tres a una quinta plaza que podría ser de Champions, aunque el Villarreal la venderá cara. Victoria para respirar, seguir abonado a ganar e ir a Guimaraes con la confianza de que se puede.