Decía y redecía Pellegrini tras las derrotas ante el FC Barcelona o la Real Sociedad que el Betis estaba en el buen camino y que estaba contento para poder luchar por cosas importantes. Algunas semanas después el equipo está a dos puntos del descenso, ha encajado diez goles en tres jornadas y ha encendido todas las alarmas. Si este era el camino…
El Betis volvió a mostrar su peor cara. Y ya es preocupante. Los verdiblancos solo compitieron los primeros diez minutos de partido, pero cuando la SD Eibar igualó en intensidad y acabó superando a los béticos, se acabó. El Betis es un equipo muerto: no tiene intesidad ni actitud. Y eso se refleja sobre el campo en errores no forzados y un millar de balones perdidos. Con jugadores que sin la pelota y la intensidad necesaria para tener la posesión en Primera División son un cero a la izquierda, el Betis fue poco a poco diluyéndose y comprando papeletas para que el Eibar se adelantara. Y así fue. Error mayúsculo en la salida de balón (uno de muchos), centro al área que Bryan Gil remata por delante de Emerson, Joel para pero deja la pelota muerta para que Inuí la empuje dentro. Se adelantaba el Eibar y hacía sangre con el enésimo error en la desastrosa defensa bética. Pero se le apareció la virgen al Betis por que Inuí, en un error garrafal, empujó la pelota cuando ya entraba de todas formas y el VAR advirtió que el japonés estaba en fuera de juego. Milagro. El partido se marchó al descanso con un cero a cero como una catedral. El Betis fue un muñeco en manos de una SD Eibar que solo tuvo que correr un poquito más que un rival que jugaba andando.
Pero en la segunda parte, más de lo mismo. Si Pellegrini solo cambió a Emerson (amonestadoy sobrepasado) por Montoya y mantuvo a jugadores como Tello y Joaquín, quién podría imaginarse que por arte de magia el partido cambiara. Y por su puesto que no fue así. El inicio de la segunda parte fue un calco del final de la primera y el Eibar no tardó en marcar. Nuevo error de bulto en la defensa, remata un jugador visitante entre cinco del Betis y en la peinada aparece el delantero Muto para aprovechar la pasividad defensiva. Y ahora no había milagros.
Entonces movió Pellegrini el banquillo. Dio entrada a William Carvalho y Loren por Guardado y Tello en un golpe de entrenador para cambiar los desgnios de un partido abocado a una nueva derrota. Por que el Betis seguía apostando contra sí mismo. Balón largo a la espalda de la defensa, intenta tapar Joel y derriba al jugador armero aunque éste ya se estaba cayendo buscando la pena máxima. Pero más que pitable. No lo falló Esteban Burgos y 0-2 con más de media hora por delante. Y nuevos cambios de Pellegrini: Lainez por un desaparecido Fekir y Borja Iglesias por Sanabria.
Y para no faltar a la verdad, el partido algo cambió, pero más por el lógico paso atrás del Eibar en busca del tercero a la contra que por un inexistente paso al frente del Betis, que tuvo más la posesión pero apenas disparos a puerta. Solo un cabezazo de Bartra en un córner que detuvo Dimítrovic. El partido pudo ser peor por el absurdo penalti de Bartra sobre Inuí, pero Joel Robles lo detuvo para romper una dramática estadística de quince penaltis seguidos encajados por el madrileño.
El Betis vuelve a irse de vacío y suma su quinta derrota en seis jornadas. Se acerca demasiado a los puestos de descenso y empiza a confirmar esa derrotista teoría de que con la misma plantilla que la temporada pasada no habría pocos cambios. La sensación es que ésto es una continuación del final de la pasada campaña.
