El Betis visitó el Nuevo Los Cármenes de una manera que acostumbra esta temporada, con falta de intensidad y sin actitud. El partido, nefasto. Y el resultado, aún peor. Sin embargo, esto no borra varios errores garrafales de Sánchez Martínez durante el encuentro.
El Betis comenzó el partido bien plantado, con subidas constantes de Emerson por banda y con una llegada muy clara en la que Miranda percutió por banda izquierda mandando un centro medido a Sanabria que el paraguayo, una vez más, envió fuera.
Todo esto se producía en el césped, hasta la llegada del primer error. El Betis se descordina en defensa por falta de comunicación, hecho que no es extraño en este Betis. Tras esto, Luis Suárez recibe el balón dentro del área prácticamente solo. Cuando se dispone a disparar, Guido llega lo justo para incomodarle. Luis Suárez remata al suelo y el árbitro indica penalti. Todo no queda ahí. El VAR no muestra ni una sola imagen que ratifique el contacto de Guido sobre Luis Suárez, pero una vez más, la nueva tecnología realizó su magia ante el Betis.
Desde este momento el equipo no reacciona. Mientras el Granada se carga de tarjetas. El 2-0 llega precedido por una pérdida de balón de Sanabria en la cual se pide falta. La imagen repetida de esa posible falta se queda guardada en la hemeroteca arbitral, pero no se revisa. Ya con el 2-0, Gonalons realiza faltas incontables. El 4 del Granada contaba con tarjeta amarilla mientras dejaba recaditos abajo sin replesalia ninguna.
Más tarde iba a llegar otro error garrafal de Sánchez Martínez y el VAR. Fekir encara en banda derecha a Darwin Machís al cual desborda. Sobre la línea, Machís se olvida del balón y le mete el codo en las costillas al francés provocando que pierda el balón. Ni el árbitro principal, ni el linier dijeron nada. Por otro lado, el VAR volvió a utilizar su magia contra el Betis.
De esta manera, el Betis se fue dando una imagen muy mala y con varias decisiones arbitrales en contra.