A las 22h rodará la pelota por el césped del Benito Villamarín. Un Benito Villamarín que será el único espectador presente que verá en directo el estreno de la dupla Alexis-Merino al frente del banquillo verdiblanco tras la destitución de Rubi el pasado sábado de madrugada. Un cambio en el banquillo que es el nº 26 en todo el presente siglo, habiendo desfilado por Heliópolis veintiun entrenadores diferentes desde hace veinte años.
¿Hay ilusiones en este cambio? Por supuesto. Se espera, y con razón, que la marcha de Rubi cambie algo las cosas, sobre todo en el aspecto anímico. Se exige a Alexis y Merino que esa sangre bética y pundonor verdiblanco hagan efecto en una plantilla que solo ha demostrado apatía durante toda la temporada. Calidad hay de sobra, aptitudes muchas. Solo falta la siempre requerida actitud que, por ejemplo, Alexis y Merino demostraban en el campo.
Urge una victoria. Sin paliativos. Una victoria que aleje viejos fantasmas, traiga un poco de tranquilidad a las siempre revueltas aguas del río Betis y haga afrontar con confianza e ilusión un final de temporada que exige, al menos, cumplir el expediente y acabar lo más arriba posible. Y todo pasa por esta noche. Llega el colista y es cuando hay que desmotrarlo. Para ello, Alexis no podrá contar con Sidnei y Joaquín es duda hasta última hora. Ambos ya se perdieron el partido en San Mamés y a la publicación de esta previa todavía el club no había hecho oficial la convocatoria pertinente. Juanmi, tras regresar en el anterior partido y tener minutos, podría repetir. En lo futbolístico, muchas dudas e incógnitas sobre como será el nuevo Betis del día uno después de Rubi. Si habrá defensa de tres con Edgar como líbero, si se jugará con doble delantera o si habrá más presencia en el centro del campo con Guardado y William para liberar arriba a Canales y Fekir.
Y esa es la principal ventaja que tiene el Betis frente al RCD Espanyol. Abelardo ya avisó en rueda de prensa que el cambio en el banquillo le ha trastocado los planes radicalmente, pero seguramente se trate de un farol, pues el Espanyol no puede ni debe jugar los partidos pensando en el rival, si no en potenciar sus habilidades y virtudes. Necesita puntos para meterse en la pelea por la salvación, que ahora mismo tiene a cinco puntos. Los del Pitu llegan con las bajas de Cabrera y Bernardo, pero con la novedad de Raul de Tomás, quién se ha convertido en máximo goleador del equipo junto a Wu Lei desde su llegada en enero. En cuanto a rachas, el Espanyol ha sumado dos victorias en sus últimos ocho partidos de Liga y ha vencido en dos de sus últimas cinco visitas al Villamarín. La última en la temporada 16/17.
A las 22h se la noche se cerrará la jornada 31 con el Real Betis – RCD Espanyol. Un partido de necesidades en ambos equipos y que debe ser la resurrección de los verdiblancos. Todo lo que no sea eso es un drama.