El FC Barcelona de Ronald Koeman es de calidad top. Un equipo propositivo, que pretender ser dominante y con la capacidad de imponerse dada la calidad de los jugadores que conforman la plantilla. A esta calidad se le suma la dinámica positiva en la que visita el Benito Villamarín ya que ha ganado sus últimos cinco partidos en LaLiga.
En fase ofensiva, posee perfiles y calidad para salir desde atrás, pudiendo asumir presiones muy altas. En parte, claro está, por el juego de pies de Marc André Ter Stegen; un especialista nato en romper presiones con su desplazamiento en largo. En ataque posicional, si su rival defiende en bloque medio-bajo, tiene futbolistas capaces de asociarse en espacios reducidos para llegar a la portería contraria. Sin balón, es un conjunto que presiona en bloque alto con el fin de recuperar lo antes posible para volver a tener el esférico. Presiona tras pérdida con mucha agresividad.
En el partido de ida, el equipo de Pellegrini sufrió mucho sin balón. Esto, quizá estuvo provocado por el once que sacó en el Camp Nou, el cual contaba con Tello, William y Joaquín, futbolistas que sin balón tienden a sufrir. Para el partido de hoy, tiene la solución para aquel problema en el perfil de extremo que viene usando el chileno: trabajador y sacrificado sin balón. De esta forma, el Betis debe ser más compacto y sólido que en su anterior encuentro frente a los culés. Asimismo, no pudo presionar tras pérdida, viéndose obligado a replegar en demasiadas ocasiones, lo que propicia un alto nivel de cansancio físico y mental.
Es un encuentro en el que Fekir y Canales deben volver a imponer su calidad, así como Mandi junto a Víctor Ruiz, quienes ya vienen rindiendo a un nivel muy positivo.