La noche de ayer fue una de esas veladas históricas para los equipos andaluces. El Granada, un club que hace apenas tres lustros vagaba por los campos de Tercera división, consiguió apear de la Europa League a todo un Nápoles plagado de estrellas.
Su técnico, Diego Martínez, ha conseguido que el equipo nazarí sea uno de los conjuntos revelación de esta temporada, consolidando un bloque que ayer fue capaz de sellar su pasaporte a los Octavos de Final de la UEFA.
Sin embargo, la gesta de la pasada noche en el campo dónde El Diego hizo el fútbol más grande, tiene un nombre propio; Rui Silva. El arquero luso cuajó un verdadero partidazo, erigiéndose como salvador de los suyos, dando todo un recital bajo los palos.
Pese a encajar 2 tantos, Silva le negó en varias ocasiones al Nápoles el gol que hubiera empatado la eliminatoria. Su actuación se nutrió de intervenciones de verdadero mérito, desplegando todo sus reflejos e incluso repeliendo ya en los minutos de descuento un remate a bocajarro. El portero no pudo evitar emocionarse tras el partido.
Aunque en toda Andalucía despierta simpatía la singladura europea del Granada y mucha gente se alegró ayer por la clasificación, en la ciudad de Sevilla y, más concretamente, en el barrio de Heliópolis, la pasada noche se frotaban las manos al asistir a la performance del portero del Granada.
Desde hace varias temporadas es vox populi que el Betis anda detrás del portugués, aunque nunca se había llegado a un acuerdo económico que permitiera al club verdiblanco hacerse con los servicios del portero internacional con Portugal.
Sin embargo, según informaba Mundo Deportivo el pasado 4 de febrero, el guardameta de 27 años y la entidad heliopolitana habrían llegado a un acuerdo para que Rui Silva defendiera el arco verdiblanco a partir de la siguiente campaña hasta 2026. En los últimos días, el Granada ha confirmado que el cancerbero no seguirá la temporada que viene en sus filas.
De hacerse oficial, el Betis habría completado una gran operación, fichando a un portero de garantías, que había despertado el interés de equipos de talla mundial, y además a coste cero, ya que el portugués estaba libre desde el pasado uno de enero.
Ayer la noche mágica del Granada abrió el apetito de los aficionados béticos que siguieron el partido y se imaginaban al flamante protagonista del encuentro volando sobre el césped del Villamarín.