Joel (5). Sin llegar a perpetrar un desastre como los del inicio de la temporada, sí que pareció volver a transmitir algo de inseguridad a los miembros de la zaga. Resistió bien en la segunda parte, pero cuesta entender que un portero de Primera División tolere el agujero en la barrera que facilitó el primer gol del Alavés.
Emerson (7). Irregular en defensa, pero imponente en ataque. No dejó en ningún momento de percutir por su banda, hasta convertirse en una de las mejores soluciones ofensivas del equipo. Como ante el Cádiz, el gol de la victoria culminó un centro perfecto nacido en su bota derecha.
Mandi (7). Volvió a ser, una noche más, el más serio de toda la línea defensiva. Y eso que Sidnei se lo puso en sánscrito. El franco-argelino atraviesa un momento tan dulce que, por el bien de todos, debería culminar ya en su renovación.
Sidnei (1). El peor del Betis ante el Alavés. Sólo con el error que propició la falta previa al 0-1 ya estaría suspenso, pero es que su actuación a partir de entonces no mostró indicio alguno de mejora. Lento, impreciso, desafortunado y, en general, penoso preocupante.
Miranda (3). Intentó corregir un despiste en la marca tan grosero que acabó cayéndose al suelo y regalándole el gol a Édgar. Intentó resarcirse durante el resto del partido, pero nunca llegó a conseguirlo. Nervioso en defensa y desaparecido en ataque.
Guido Rodríguez (7). Fue el mejor de la primera parte y, por apenas unos centímetros, no se convirtió también en el autor del primer gol bético. Ya no es que atraviese un gran momento, es que a día de hoy, en lo que a centrocampistas defensivos se refiere, hay pocos futbolistas en nuestra liga mejores que él.
Guardado (3). Trabajó sin descanso… ni suerte. Lo primero le salva de una peor nota que tal vez mereciera. Y lo segundo le convirtió en objeto de mejora para Pellegrini, ya que le retiró en el descanso para dar entrada a Borja Iglesias y reestructurar el equipo.
Aitor Ruibal (4). Nadie le discute la entrega y la valentía, pero la realidad es que con el balón en los pies no termina de darle al equipo lo que necesita. Al menos en esa zona del campo. Como Guardado, pagó en el descanso los platos rotos de una mala -que no desastrosa- primera parte.
Fekir (8). Ha dejado de lado la irregularidad del primer tramo de temporada para regresar a su mejor forma en el momento más oportuno. Ante el Alavés, al francés sólo le faltó el gol, puesto que volvió a ofrecer un derroche de voluntad y una lección magistral de cómo sacar petróleo de absolutamente cada jugada. Sirva de ejemplo la picardía con la que buscó el penalti que daría inicio a la remontada. Es un jugador diferencial. Y si es capaz de mantener este nivel, el Betis puede soñar con -casi- cualquier cota.
Canales (5). Podría resumirse en un “justo lo contrario que Fekir”. Parece que empieza a acusar la acumulación de partidos y, sobre todo, el impagable sobreesfuerzo que hizo tras la lesión, ya que se le ve algo menos inspirado en estos últimos partidos. Con todo, sumó una nueva asistencia a su cuenta particular.
Juanmi (6). Partido de dos caras para el delantero malagueño. Sin balón, se movió con inteligencia dentro y fuera del área y supo cómo hacer daño a la defensa alavesista. No obstante, cuando lo tuvo en los pies, no pudo estar más desacertado cara a puerta y en la toma de decisiones. Para muestra, un botón: la recuperación de pelota que le plantó solo ante Pacheco… y la siguiente pérdida cuando lo tenía todo para chutar.
Joaquín (6). Fue uno de los cambios que Pellegrini efectuó en el descanso para intentar darle la vuelta al resultado. Y aunque se pasó 35 minutos sobre el campo sin apenas protagonismo, lo cierto es que surtió efecto, ya que en el 81’ saltó por encima de los elementos para articular un remate de cabeza tan difícil como acertado. Autor del 2-2.
Borja Iglesias (8). Y si hablamos de importancia en el resultado o de grandes estados de forma, el ex del Espanyol es sin duda el nombre más relevante de las dos categorías. Entró al campo a la par que Joaquín, para convertirse en el encargado de iniciar la remontada desde los once metros, con una ejecución perfecta a la escuadra. Y si bien no participó en las ocasiones que sucedieron ese primer tanto, hizo lo que se espera de un delantero de su caché: aprovechar la suya. Cuando el partido agonizaba, el Panda descargó un balón para Emerson que, tras la pausa y el posterior centro del lateral brasileño, acabó en un movimiento perfecto del gallego y en un remate imposible para Pacheco. Segundo doblete de Borja Iglesias con la camiseta del Betis, el primero en Liga.
Tello (2). Los que vemos al Betis cada semana ya sabemos que Tello, por lo general, es una moneda al aire. Si sale cara, el catalán puede convertirse en el revulsivo perfecto. Y si sale cruz, en un futbolista absolutamente intrascendente. Hoy, marquen la B.
William Carvalho (5). A muchos les (nos) costó entender su entrada por Guido Rodríguez, pero el portugués respondió contribuyendo a mejorar la circulación de la pelota. Se le podrá reprochar esa desidia puntual, pero no que en el pasado más reciente no esté intentando aprovechar los pocos minutos que le da Pellegrini.
Paul (S.C.). Sin tiempo para nada.
