Tras tres empates seguidos, el Betis de Pellegrini recibía al Athletic de Marcelino en busca de volver a la senda de la victoria y proseguir en la lucha por los puestos europeos. Con algunas rotaciones, los verdiblancos partían con Canales de nuevo junto a Guido, Ruibal con Tello por fuera y Nabil Fekir por detrás de Borja Iglesias.
Más allá de que el Athletic comenzase siendo superior y que el Betis con el paso de los minutos lograse igualar fuerzas, el partido está lógicamente condicionado por la expulsión de Nabil Fekir. En el minuto 10, con el partido igualado, el equipo se queda en inferioridad númerica. ¿Qué remedios tiene Pellegrini para seguir compitiendo? Muy pocos; no tiene la posibilidad de ir a presionar porque físicamente no le da, tiene dificultades para salir desde atrás porque pierde la figura del mediapunta, siendo además el francés top en este aspecto, no puede transitar… la única solución posible es la que llevó a cabo: bloque medio-bajo, esperar un fallo del rival y contragolpear.
En la primera parte tuvo dificultades para salir, pero en la segunda sí logró encontrar buenas situaciones, transitar, aprovechar ataques posicionales, balones parados… tuvo ocasiones para llevarse los tres puntos. Además el equipo de Pellegrini realizó un trabajo encomiable en área propia: ganó duelos, fue sólido, estuvo conectado y concedió realmente poco. Asimismo, volvió a aparecer la figura de un Claudio Bravo que, una semana más, llevó a cabo acciones individuales de gran nivel.
Los verdiblancos asumieron el trabajo que debían llevar a cabo por el contexto del partido y lo hicieron hasta el final, permitiendo al equipo sumar un valioso punto. Un bloque trabajador, sacrificado y que aprovechó los tramos que tuvo la pelota para generar buenas situaciones e incluso quedarse cerca de la victoria.