Ni siquiera en su visita al José Zorrilla quisieron regalarle una victoria a sus madres los jugadores del Real Betis. Igual por ser el día que es, ellas los perdonan. Quienes no está tan claro que perdonen al cuadro de las trece barras si este no consigue la clasificación para competiciones europeas son los aficionados verdiblancos. A falta de cuatro jornadas para que concluya el campeonato liguero, el equipo de Manuel Pellegrini no solo está viendo peligrar sus posibilidades de jugar Europa League la próximo temporada, sino que los pupilos del Ingeniero también empiezan a correr el riesgo de quedarse sin la Conference League. Es la primera que el equipo de Heliópolis empata 6 partidos consecutivos, un hecho histórico nada positivo para el tramo final del curso.
Como ya ocurrió, por ejemplo, ante la SD Eibar en el encuentro de ida, un tanto anulado a los locales puso sobre aviso al Real Betis. El cuadro de la Palmera despertó, pero aguantó demasiado poco despierto. Estando por delante en el marcador, los verdiblancos desaprovecharon tanto lo volcado que estaba el Real Valladolid en ataque como las muchas (o muchísimas) ocasiones claras que tuvieron durante la segunda mitad. Y, como se suele decir, quien juega con fuego se acaba quemando. Los de Sergio González, que en pocas ocasiones acostumbran a ser más ofensivos que defensivos, consiguieron el tanto del empate. Un gol local que, si alguien no se lo esperaba, es que no conoce al Real Betis.
A diferencia de los empates conseguidos ante Atlético de Madrid, Real Madrid o incluso Athletic Club a raíz de la temprana expulsión de Nabil Fekir, este sí sabe a derrota. Los de Manuel Pellegrini no ganaron un punto, sino que perdieron dos. Las actuaciones de jugadores importantes como Nabil Fekir, que volvía a la titularidad tras perderse el partido ante el Real Madrid, o Sergio Canales no ayudaron a que el Real Betis pudiera igualar los 53 puntos de la Real Sociedad en la tabla clasificatoria. Fabián Orellana se dedicó a bombardear la banda de Emerson, que esta noche tendrá pesadillas con el chileno, y terminó consiguiendo su botín.
Dos canteranos y un capitán sí estuvieron a la altura de la victoria que por momentos tuvieron en su mano los verdiblancos. Y es que el gol que anotó Aitor Ruibal tras una asistencia de Juan Miranda no solo le dio un punto a su equipo, sino que sirvió como reivindicación para ambos jugadores. El ex del FC Barcelona, autor de dos grandes centros que terminaron dentro de la portería de Roberto Jiménez –el primero de ellos, a pesar de acabar con gol de Borja Iglesias, fue anulado por fuera de juego–, debe ser titular lo que resta de temporada. En cuanto al ’24’ del Real Betis, este sigue aportando al equipo más allá de lo que muchos ven. Correr, atacar, defender y, sobre todo, marcar. Aitor Ruibal sí suma.
Capítulo aparte merece Aïssa Mandi. Pobre de aquel que, tras anunciarse oficiosamente la salida del central argelino rumbo al submarino amarillo, quiso dudar de la profesionalidad del ’23’ verdiblanco. En Valladolid, Aïssa Mandi lució el brazalete de capitán porque durante las 5 temporadas que ha vestido la elástica de las trece barras ha demostrado ser un ejemplo para sus compañeros. Aunque su futuro equipo sea rival directo del Real Betis en la lucha por los puestos europeos, el argelino todavía se debe al conjunto de la Palmera y así lo demostró ante el Real Valladolid. Partidazo, otro más, del mejor defensa central de los verdiblancos, que no podrá estar ante el Granada CF. Y eso, aunque muchos no lo crea, es una muy mala noticia para Manuel Pellegrini y sus pupilos.