Bravo (8). Sólo las lesiones le han privado del sobresaliente -y de continuidad- en una temporada en la que no sólo sostuvo al equipo en los malos momentos, sino que además contribuyó con su juego de pies a los mejores tramos de fútbol verdiblanco. A pesar de su edad, sigue siendo un portero ágil, rápido de reflejos y, en general, tremendamente completo. Hay un abismo entre él y Joel.
Joel (3). Posiblemente, el peor jugador de los verdiblancos en un año en el que la nota de la gran mayoría de sus compañeros supera ampliamente el aprobado. Encadenó una serie de actuaciones decentes -que ni siquiera extraordinarias- que motivaron, incluso, que Pellegrini no se precipitase en la reaparición de Bravo. No fue más que un espejismo, pues no tardó el guardameta de Leganés en recordar a los aficionados por qué no tiene cabida alguna en un Betis europeo. Demasiadas carencias en prácticamente todas las facetas del arco como para continuar en un equipo con el chileno y, presumiblemente, Rui Silva.
Dani Martín (S.C.). Lesionado en pretemporada cuando parecía que saldría cedido. Ídem en el mercado de invierno. Año en blanco para un guardameta que necesita un cambio radical en su trayectoria para no quedarse por el camino.
Mandi (8). El ya exfutbolista verdiblanco ha completado en su última temporada como bético un gran curso futbolístico en el que, de nuevo, se acabó convirtiendo en el líder del eje de la defensa. Y eso que en el primer tramo de la competición tuvo problemas para asentarse y cometió los errores de -casi- siempre. Ha acabado lo suficientemente bien como para que el recuerdo de su paso sea muy grato, a pesar de que en dicho lustro la irregularidad fue la tónica dominante.
Víctor Ruiz (7). Empezó mal, horriblemente mal, pero de la mano de Pellegrini y de un cambio de idea en el que el equipo empezó a protegerse con mayor intensidad atrás, acabó formando una pareja de ciertas garantías junto al francoargelino Mandi. Puede que le falte nivel para ser titular en un equipo de Europa League, pero no se puede negar que se ha ganado la renovación.
Bartra (6). Criticadísimo -en opinión del que escribe, a veces injustamente- por algunos errores en el tramo final, lo cierto es que la temporada del central catalán no ha sido tan mala. Sí, puede y debe dar más rendimiento, pero es de justicia matizar que su lesión no es de las que pasen desapercibidas para las piernas de un futbolista del máximo nivel.
Sidnei (4). En una línea en la que el concepto ‘irregularidad’ es trending topic, el caso de Sidnei roza lo paradigmático. Es cierto que Pellegrini no le dio minutos hasta que las bajas le obligaron, pero también que en esas oportunidades, el central brasileño no hizo demasiado por ganarse el puesto.
Emerson (9). No sólo ha sido uno de los mejores laterales derechos de la Liga o el jugador con más minutos del cuadro verdiblanco, sino que tiene pinta de que pasarán muchos años hasta que el Betis vuelva a contar con otro inquilino de su nivel para dicha posición. Más que consolidado para el fútbol de élite, su marcha al Barcelona será una de las más difíciles de paliar.
Montoya (4). Con 552 minutos entre Liga y Copa del Rey, ha pasado totalmente inadvertido en la campaña de su regreso al Villamarín. Bien porque el Covid le privó de entrar en multitud de convocatorias, bien porque su competidor por el puesto completó una temporada casi perfecta. Muy poco para un futbolista con su salario.
Fran Delgado (S.C.). Tuvo minutos en dos partidos de Copa del Rey (Sporting y Mutilvera), si bien se antojan insuficientes para valorar su temporada.
Álex Moreno (3). En honor a la verdad, no se puede decir que su rendimiento sea mucho peor que el de Sidnei o Montoya. La diferencia es que el lateral catalán sí contó con oportunidades de sobra para demostrar las condiciones que le presuponen sus defensores. No en vano, en el global de la temporada, acumuló más minutos que su competidor por el puesto: Miranda. No los aprovechó. Espantoso en defensa y moderamente bueno en ataque cuando tiene el día, cosa que cada vez ocurre menos.
Miranda (6). Sin estridencias, la temporada del jugador cedido por el Barça fue, por cuantificarlo, el doble de buena que la de Álex Moreno. No es Roberto Carlos, pero su fútbol, por sencillo, es tremendamente útil para el esquema de Pellegrini. Mide con gran criterio sus apariciones por el ataque.
Guido Rodríguez (9). Con permiso de Emerson y Canales, el mejor futbolista del Betis en la temporada 2020/2021. Tanto es así que a punto hemos estado de desempolvar el ‘10’. Ha dado tres pasos adelante con respecto a la mayoría de facetas del juego (sobre todo, con balón), pero su compromiso, rigor táctico y regularidad son sencillamente conmovedores. A la altura de los mejores pivotes defensivos del campeonato.
Paul (5). Suplió con trabajo, aunque con menos solvencia, la baja de Guido Rodríguez en el tramo central de la campaña. Físicamente, tiene condiciones de sobra para jugar en Primera División, pero a su fútbol aún le falta pausa y criterio en la toma de decisiones como para asentarse en la titularidad. Tiene margen de mejora, resta saber cuánto.
William Carvalho (5). Si en el párrafo anterior comentábamos que a Paul Akouokou le faltaba pausa, el portugués es la antítesis de dicha afirmación. De hecho, en el pasado más reciente, ha hecho gala de tantísima tranquilidad que a más de uno le ha causado el efecto contrario. Empezó muy bien la temporada -y sólo por eso llega al aprobado-, pero su excesiva parsimonia ha calado negativamente en una afición que, salvo optimistas excepciones, se ha cansado de esperarle.
Guardado (6). El mexicano no ha hecho su mejor temporada. Y seamos sinceros: tiene pinta de que, a sus 34 años, ya no la va a hacer. No obstante, incluso al 80%, sigue siendo una pieza fundamental en un Betis que -casi siempre- mejora con él el campo. Y es que no hay en esta plantilla un futbolista que aporte su equilibrio en la zona ancha. Ojalá entendiera que para competir al máximo nivel, es incompatible continuar apareciendo en las convocatorias de la Tricolor.
Canales (9). Muchos hablan de un bajón del cántabro en el tramo final de la temporada. Los más atrevidos, incluso, van un paso más allá y entienden que a eso se debe su ausencia entre los 24 convocados por Luis Enrique para la Eurocopa. Por aquí, en cambio, creemos más en un mero retorno a una versión terrenal por parte de un jugador tan sumamente descomunal que, tras recuperarse aceleradamente de una lesión de un drama, se bastó para casi en solitario resucitar a un equipo catatónico. Aparecieron entonces en escena actores tan inesperados como Borja Iglesias y el equipo se transformó de tal manera que ya no fue necesario que Canales ampliase la lista de milagros por los que agradecerle eternamente que abandonase la Real Sociedad. Se conformó con ser él mismo, que ya quisieran muchos, puesto que es igual que decir “uno de los mejores jugadores de La Liga”.
Rodri (6). La lesión de Canales adelantó su esperadísima presencia en el primer equipo. Y aunque siguió alternando participaciones con el filial, aprovechó como el que más los minutos de los que dispuso y dejó detalles tan ilusionantes como para pensar que es el mayor talento surgido de la cantera desde Fabián y Ceballos.
Camarasa (S.C.). Como Dani Martín, no llegó ni a vestirse de corto. Una pena, pues Pellegrini le tenía reservado un hueco en la plantilla.
Fekir (8). Siempre es la nota de Fekir un motivo de controversia. Ídem para la propia valoración del paso del francés por la disciplina verdiblanca. Existen por lo general dos posturas claramente diferenciadas a este respecto. La primera responde a esa creencia -muy extendida- de que el equipo mejora sin él en el campo y que sus destellos no son motivo suficiente para justificar el sueldo que percibe o el traspaso que se abonó por él. La segunda, por el contrario, es más simple y alude al hecho de que es tan sumamente bueno que compensa todo lo demás. No hace falta explicarles a los habituales de este espacio que el que escribe está claramente posicionado en el segundo bando. ¿Es Fekir un futbolista irregular? Por supuesto, pero es una ingenuidad pensar que el Betis tendría siquiera alguna opción de retenerlo en caso de que no lo fuera. El ex del Lyon es un genio y hay que aceptarle como tal, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Que tampoco son tantas, dicho sea de paso, pero es tal la expectativa que genera su talento que tendemos a obviar mucho de lo que aporta al equipo: el trabajo sin balón en la presión, las faltas que recibe, las tarjetas y penaltis que provoca, el tiempo que proporciona con el regate a sus compañeros, u otras cuestiones tan innegables como que nadie en esta plantilla es tan determinante como él. Sirvan de ejemplo -y para la posteridad, por qué no decirlo- la falta que clavó en Balaídos o el golazo que se inventó ante el Levante, probablemente el mejor tanto de LaLiga 2020/2021. Fekir es casi tan bueno como agotador es el hecho de tener que recordarlo con tantísima frecuencia.
Láinez (7). Hecha la excepción de Rodri, Láinez ha sido la gran irrupción de la temporada en clave bética. Tardó Pellegrini en darle minutos y después el peto de titular, si bien de la mano del chileno, se ha visto -por fin- la mejor versión del joven extremo mexicano. Técnico, rápido, vertical y ante todo una de las soluciones ofensivas más válidas de los verdiblancos. Debe mejorar en algunos aspectos (especialmente, en el gol y las ayudas al lateral), pero aún no está claro cuál es su verdadero techo. Y eso, queridos lectores, es una fantástica noticia.
Aitor Ruibal (6). Pura voluntad. Trabaja tantísimo que casi acaba paliando sus evidentes carencias con el balón en los pies. No es quizás el futbolista más ortodoxo de nuestros tiempos, pero su actitud y sus ayudas defensivas han enamorado a Pellegrini.
Tello (6). De más a menos. Empezó siendo importante en el tramo inicial, pero, poco a poco, el descaro de Láinez y la voluntad de Ruibal le fueron robando protagonismo, hasta acabar apartándolo de la titularidad. Al igual que en sus temporadas anteriores como verdiblanco, ha demostrado ser un recurso útil en ocasiones puntuales, pero desde luego no el jugador que prometían sus condiciones.
Joaquín (5). Parecía que nunca iba llegar el día en el que pronunciásemos esta frase, pero cada día estamos más cerca del final de la carrera de Joaquín. Se empieza a notar el declive físico de una leyenda que en unas semanas, que a nadie se le olvide, cumplirá 40 años. No en vano, ha sido esta la temporada en la que ha disputado menos minutos (1443 entre Liga y Copa) desde su retorno al Villamarín en 2015. Importante en algunas remontadas como aquel 3-2 ante el Alavés, da la sensación de que su participación en la próxima campaña será más residual que en años anteriores. Y no es una queja, vaya por delante. Se ha ganado de sobra el derecho a retirarse cuándo, cómo y dónde quiera.
Yassin Fekir (S.C.). Subió desde el filial para ocupar la ficha que dejó libre la marcha de Sanabria al Torino. Ni un solo minuto con la camiseta del primer equipo.
Juanmi (6). Se podrán anotar algunas cosas en el debe de Pellegrini, pero desde luego la capacidad de recuperar futbolistas para la causa no es una de ellas. Y en ese sentido, es especialmente paradigmático el caso del malagueño. Pocos creían en la resurrección de un delantero que volvía a intentarlo en el Real Betis tras un primer año prácticamente en blanco. Y no, Juanmi no es Ronaldo, pero sí un jugador útil que, con sus cuatro tantos, ha conseguido el segundo mejor promedio de goles por minuto de la plantilla.
Borja Iglesias (8). Y si hablamos de resurrecciones, no hay otra como la de Borja Iglesias. No necesitan ustedes que se les recuerde que quién hay detrás de este espacio perdió por completo la fe en el punta gallego. Tampoco que se trata del tipo de error que a todos nos gusta cometer. Y había motivos para caer en él, dicho sea de paso, pues el inicio de la temporada arrojó la titularidad de un Borja Iglesias que deambulaba por el campo con la misma apatía y desconcierto que había lucido en la campaña anterior. Afortunadamente para él y el Beticismo, aquella nublada noche de enero lo cambió todo. El histórico doblete ante la Real Sociedad dio a los verdiblancos el pase a los Cuartos de Final de la Copa del Rey y supuso el inicio de una nueva etapa en la que el Panda se ha consolidado no sólo como uno de los mejores delanteros de este país, sino también como la gran esperanza del próximo EuroBetis. Esperemos no volver a equivocarnos, que esta vez no nos gustaría tanto.
Sanabria (6). Pellegrini le dio más confianza de la que podía esperar en verano y él se lo agradeció con un primer tramo en el que, por momentos, recordó al futbolista que era antes de aquella lesión de 2017. Tristemente, el paraguayo no encontró la manera de dar continuidad a ese rendimiento y acabó saliendo traspasado al Torino en el mercado invernal. Por suerte, a Borja Iglesias le dio por justificar los 28 millones de euros de su fichaje y nadie le acabó echando de menos.
Loren (4). La cuarta temporada del marbellí en la máxima categoría fue indudablemente la peor. Empezó mal (con coronavirus y sin la confianza del entrenador) y nunca pareció ser capaz de darle la vuelta a la situación. Es cierto que la reacción del equipo coincidió con su aparición por el once titular (de hecho, en las nueve ocasiones en las que salió de inicio, el Betis no conoció la derrota: siete victorias y dos empates), pero también lo es que su trabajo, oscuro y poco reconocido en la solitaria vida del delantero centro, no obtuvo el premio del gol.