No es curiosidad que el titular del artículo que se dispone a leer sea el mismo que se utilizó para el análisis del partido de la primera vuelta en el Camp Nou. Muy diferente era aquel F.C. Barcelona al que se presentó anoche en el Benito Villamarín, sobre todo en el estilo de juego. El Barcelona de Ronald Koeman ha vuelto a dominar los partidos basando su juego en la posesión, y en someter al rival con continuas llegadas, realizando constantes cambios de orientación para crear superioridad por banda, sobre todo con las llegadas de Jordi Alba desde el lateral, y el continuo zigzag que somete Ousmane Dembelé a sus rivales.
El planteamiento de Pellegrini no pudo ser más acertado, a pesar de lo extraña que resulto ser para el aficionado bético la alineación: Doble pivote con Guardado y Paul Akoukou (parece que lleva jugando años en primera división), Aitor Ruibal por banda derecha (incansable sobre todo a la hora de defender y tapar las entradas de Jordi Alba), y Juanmi tirado a banda izquierda, acompañando en ataque a un Borja Iglesias que conforme pasan los partidos se va pareciendo más al jugador por el que el Real Betis pagó 28 millones.
De tú a tú la primera parte, donde los verdiblancos se fueron por delante en el marcador gracias a un buen contragolpe entre Juanmi, Fekir, Emerson (espectacular control orientado en carrera para asistir por banda) y “el panda” (otro golito en su haber y ya van 3 en Liga). Antes, ambos equipos demostraron que ante todo saben como sacar el balón jugado desde atrás, llegando a área contraria a través de la posesión.
Sin embargo, a los diez minutos de la segunda parte, volvió a pasar lo mismo que en el partido de la primera vuelta. Y eso que los béticos estaban avisados. Messi solo tuvo que conectar con Dembelé, que arrastró la marca hacia la banda, para recibir prácticamente sin oposición y batir a Joel por su palo a los dos minutos de entrar en el terreno de juego.
Anteriormente a esta jugada, ya andaba el F.C. Barcelona avisando al Betis que se le iba a hacer el partido muy largo si iba a esperar agazapado atrás. Y no es que el Betis no tuviese recursos en ese momento sobre el césped, sino que con la entrada de Pedri, la circulación de balón culé era más fluida, y arriba, rara vez podían triangular los delanteros con Fekir.
Ya en ese mismo instante el Betis estaba necesitado de cambios para cerrar las entradas por la banda de Alex Moreno. No sabemos si Manuel Pellegrini andaba condicionado por el estado de forma de Canales y Guido Rodríguez, pero hasta que el F.C. Barcelona no remontó el partido no vimos que el chileno tuviese intención de reaccionar. Tras el 1-2 en propia puerta de Víctor Ruiz, Nabil Fekir se inventa una genialidad, sacando a Busquets de su zona y llevándolo a cometer una falta peligrosa al borde del área para que el mismo Víctor Ruiz se redima de su error anterior rematando al fondo de la red el centro del francés. Tras el empate salen al campo Guido, Tello; y posteriormente Canales y Loren. El cántabro le dio al Betis un plus en ataque que estuvo a punto de convertirse en el premio de los 3 puntos. Debe sacar Pellegrini a este jugador de “la base de la jugada” para que siga generando más opciones en ataque para el Real Betis en próximos partidos, y que no tenga que derrochar su esfuerzo físico en defender y crear juego desde atrás.
¿Qué hubiese sido del resultado del partido de anoche con Canales y Fekir en plena forma y con un centro del campo más rocoso conformado con Guido y Paul? Aunque si bien es cierto que si Pellegrini recupera el nivel físico de William Carvalho, el nivel ofensivo del equipo subiría sus prestaciones.
Pinceladas tácticas aparte, semana para descansar y resetear la cabeza. A partir del próximo domingo comienza una “nueva Liga” para el Real Betis. Pellegrini ya ha cumplido haciendo de esta plantilla un equipo competitivo, ahora sólo falta que al final de temporada recordemos las lágrimas de esta semana como un mal momento que tuvimos que pasar.