De 100 veces que el Real Betis visite Celtic Park para enfrentarse a sus homólogos escoceses, y juegue el mismo partido que hizo en la última jornada de la fase de grupo, los pupilos de Manuel Pellegrini se llevan los 3 puntos en 99. El inicio de la jornada laboral fue del todo parecida a la que tuvo lugar meses atrás en las oficinas del Benito Villamarín. La planificación del Ingeniero saltó por los aires cuando, otra vez, la relajación de sus obreros obligó a todo el equipo a trabajar a remolque. La diferencia con respecto a lo que ocurrió en agosto en Heliópolis es que, esta vez, los peones verdiblancos no terminaron el trabajo a tiempo. Pocos veces se ha visto al equipo de las trece barras fallar ocasiones tan claras y al mismo tiempo tan numerosas. Para la parroquia verdiblanca, así como para el público neutral, era del todo incomprensible que el primer tanto del Real Betis no llegase hasta muy pasada la primera hora de juego. Pero si ni ‘O Rei’, en pleno estado de gracia, es capaz de ver portería, algo raro pasa.
¿El problema? La defensa. «Se denomina muro de carga o muro portante a las paredes de una edificación que poseen función estructural; es decir, aquellas que soportan otros elementos estructurales del edificio». Un muro más que consolidado durante el mes de noviembre por la cuadrilla del Ingeniero pero el cual se olvidaron de construir en la última visita europea del año. El Real Betis acumulaba cuatro porterías a cero en los últimos cinco encuentros. Pero más allá de las estadísticas, la fiabilidad defensiva que habían mostrado los pupilos del técnico chileno hacían casi inimaginable –casi, porque cuando se trata del cuadro bético no hay nada imposible– que un partido «sin trascendencia», el Celtic de Glasgow volvería a hacerte tres goles en contra. Pero lo cierto es que, salvo en contadas excepciones, la diferencia entre los obreros de la primera plantilla y aquellos a los que el Ingeniero llama para las horas extra es cada vez más palpable.
En lo estrictamente deportivo, el Real Betis no se jugaba «nada». Clasificado tras su victoria ante el Ferencvaros, los de Manuel Pellegrini viajaban a Escocia con la tranquilidad de tener ya su billete para los dieciseisavos de final de la Europa League. A la hora de hablar desde el aspecto económico, el asunto cambia. Por muy bien encarriladas que están las tareas del Ingeniero, a la cuadrilla nunca le vendrá mal echar unas horas extra para, a la vez que estar más rodado de cara a la jornada laboral del fin de semana, sumar un dinero extra para los fondos del Plan. Eso, y que todos y cada uno de los días que el Real Betis salta al terreno de juego hay una serie de jugadores que portan en la camiseta escudo de las trece barras. Bien es cierto que la de Glasgow no fue una actuación en la que el ‘equipo B’ del cuadro bético pecara de falta de compromiso, intensidad y ganas de ganar. Pero es que la factura, al Real Betis, le sigue saliendo a pagar.