Volvía la Liga, y volvía el Betis con nada más y nada menos que un derbi sevillano. Lastimosamente para los intereses verdiblancos el derbi sevillano post-COVID-19 lo ganó el Sevilla F.C. con un muy buen planteamiento táctico que sólo se vio superado al final del encuentro y con el marcador en clara ventaja sevillista.
Formaba el Betis con un 4-3-3, con las sorpresas en el once de Tello, Aleñá y Guido. El centrocampista argentino le ganaba la partida al canterano Edgar en el pivote, cuajando un buen partido en el posicionamiento defensivo, realizando buenas recuperaciones para el equipo verdiblanco y haciéndose notar en el cuerpo a cuerpo por ganar la posesión del centro del campo. De lo poco salvable para en Betis en el partido.
Otra de las indecisiones que tenía el aficionado verdiblanco era quien sería el delantero titular. Rubi le dio la camiseta a Borja Iglesias, que una vez más no estuvo demasiado acertado de cara a portería. Trabajó en una presión que fue de más a menos en la primera parte del encuentro.
Por parte del Sevilla salieron de la partida tanto Ocampos, como Fernando, ambos con problemas físicos en los últimos entrenamientos. Los más destacados del conjunto sevillista junto a Jules Koundé. El centrocampista argentino fue un dolor de cabeza constante para el lateral bético Alex Moreno, al cual vimos algo bajo de forma.
Como comentamos en la previa del partido, Fernando, pieza clave y fundamental del sistema de 4-1-4-1 de Julen Lopetegui, actuando como eje defensivo del centro del campo. Las bandas para Navas y Reguilón, muy incisivos en las subidas al área bética. Bonita batalla de este último con el lateral derecho verdiblanco, Emerson, el cual ha demostrado en este derbi sevillano que es uno de los jugadores con más proyección del Betis.
Rubi tiene un problema, y es que realmente no sabe a lo que juega su equipo. Este derbi no solo ha reflejado la diferencia actual en la tabla, sino además la realizada por los dos equipos en el campo. Mientras que el Sevilla movía el balón de banda a banda con continuos desplazamientos en largo a la espalda de los laterales del Betis, para las subidas tanto de sus extremos como los laterales, y una presión alta tras perdida, ganó por completo el centro del campo jugando al primer toque y desarbolando la leve presión de los jugadores verdiblancos.
Cuando el Betis tenía la pelota en los pies de Canales y Aleñá, no había nadie por delante del balón para recibir y crear juego a espaldas del punta, por lo que el recurso era pasar el balón hacia los centrales. No se realizaban desmarques en ruptura para producir un hueco en la sólida defensa sevillista, todos venían a recibir al pie, dando poca opción a la sorpresa de crear oportunidades. Fekir lo intentaba caído a banda derecha, pero cuando recibía el esférico, lo hacía en posiciones muy lejanas a portería, y siempre con la marca de hasta tres futbolistas rojiblancos. En la otra banda estaba un desaparecido Tello que apenas causo peligro con sus diagonales a pierna cambiada.
Empate a cero (y gracias) al descanso, y tiempo para Rubi para volver a darle una vuelta de tuerca al equipo. Pero dicha reacción no llegó. Hubo un conato de dominio verdiblanco frustrado por el pésimo arbitraje de Mateu Lahoz. No ya por el inexistente penalti señalado de Marc Bartra sobre De Jong, sino por las continuas acciones de faltas clarísimas (sobre Guido y Fekir) que propiciaron la contra que fue preludio de las acciones a balón parado del Sevilla, las cuales le hicieron coger ventaja en el marcador.
Que no se piense el lector que se intenta justificar el baño táctico realizado por Julen Lopetegui con los errores arbitrales reflejados en el análisis de este derbi sevillano. A pesar de que tras el 2-0 de Fernando (preciosa jugada de estrategia a balón parado del conjunto sevillista), Rubi, esta vez sí que reaccionó con dos cambios que le dieron al Betis desborde y control del partido.
Entraron Joaquín, Lainez y Pedraza, y en pocos minutos el joven mejicano demostró que está por delante de muchos de sus compañeros para ser titular. Pero el Betis no encontró el gol a pesar de ir arriba a la presión por el marcador en contra y de realizar posesiones largas que cuando tenían la apertura a banda acababan en acciones fuera de peligro, precisamente porque no se realizaba el centro al área.
Superioridad aplastante del conjunto sevillista que le hace al conjunto verdiblanco pensar en otro objetivo más realista a lo que refleja su situación en la tabla. Haría bien la entidad verdiblanca en pensar que demasiadas oportunidades se le han dado ya al actual entrenador y que sería más lógico apostar por un cambio de rumbo hacia otro tipo de líder que implante un gen ganador. Poco le queda al Betis en estos 10 partidos más que amarrar los puntos necesarios para jugar el año que viene en La Liga Santander.