La vida sigue igual. Las ilusiones de todo el beticismo que estaban puestas en un partido que siempre genera expectación y motivación se diluyeron cuando a los cinco minutos de partido el Real Betis ya empezó a mostrar la misma cara de siempre. La misma rácana cara de equipo sin alma, sin ideas, sin fútbol. Es como si no hubiera pasado el tiempo, como si el partido frente al Real Madrid hubiera sido hace una semana y el confinamiento con sus tejes y manejes hubiera sido un lúcido sueño. Desde luego, aquella victoria ante el Real Madrid fue un espejismo y este Betis es de pesadilla.
Dejando a un lado el excelente físico que demuestra y lleva demostrando el Sevilla FC durante toda la temporada y el orden táctico y defensivo que les imprime Lopetegui, el Betis fue un equipo sin alma durante los 90 minutos de partido. Hubo un breve amago al principio de presionar, obligando a Vaclik a regalar la pelota en un par de ocasiones, pero apenas duró unos minutos y el mismo Betis de toda la temporada volvió a aparecer sobre el verde. El Sevilla demostró durante toda la primera parte ser un equipo más hecho y fiable, generando peligro desde las bandas. A punto estuvo de adelantarse con un balonazo de Ocampos al larguero. Incluso Kounde en un córner mandó su remate a pocos centímetros del palo. El Betis, por su parte, muy perdido, con Fekir y Canales muy lejos de la acción y con toda la responsabilidad cayendo en Guido y Aleña. Mucho juego entre centrales y nada más. La mejor noticia era el cero a cero al descanso.
Al regreso de los vestuarios, Sidnei dejó su puesto a Feddal, algo que no cambió nada en absoluto por lo que imaginamos que el cambio sería por alguna molestia o lesión. El Betis seguía sin aparecer cuando, fruto de su superioridad, una jugada aislada en el área bética acaba con Bartra saltando encima de De Jong, apoyándose con el codo en la nuca del holandés y decretando Mateu Lahoz penalti para los locales. Penalti tan claro como aquel de la primera vuelta de Diego Carlos sobre Joaquín que aquel día no se quiso pitar y hoy sí. Polémicas y quejas aparte, torpeza absoluta de un Bartra que cada día demuestra mal que sí debe estar haciendo las cosas mal para acabar del Barça en el Dormund y del Dormund en el Betis como le dijo aquel.
El Betis se desmoronó con el gol encajado y apenas unos minutos después llegó el segundo. Otra jugada de córner que Ocampos deja atrás de espuela y con bastante fortuna acaba rematando Fernando en área pequeña poniendo el 2-0 en el marcador. Entonces fue cuando Rubi dio entrada a Loren y Joaquín por Aleñá y Borja Iglesias. Antes, Lainez entró en detrimento de un Tello que si el fútbol fuera justo no volvería a vestir la camiseta del Betis. Desesperante, inocuo. El Betis mejoró algo también gracias a que el Sevilla dio un paso atrás y dio entrada a Banega y En-Nesiry para ganar en velocidad a la contra. Joaquín ayudó a tener más la pelota y Fekir y Canales pudieron participar algo más. Llegaron los mejores minutos del Betis, que como siempre, demasiado tarde. Loren falló una infallable después de una buena jugada entre Lainez y Emerson.
El Betis vuelve a la competición de la peor manera posible, porque ya no es perder un derbi, que puede que sea el peor de los males que tienen los verdiblancos ahora mismo. Si no el no dar señales de mejora por ninguna parte. Sigue siendo ese equipo lamentable que no juega a nada y que sigue desaprovechando la enorme calidad de su once titular. Y eso solo tiene un nombre. Si la directiva no cesa a Rubi esta misma noche es que falta amor propio en la planta noble del Villamarín. O dinero. Que seguramente sea eso. Ah, y traigan a Ceballos.