Por desgracia, en los medios sevillanos es raro leer o escuchar análisis futbolísticos que vayan más allá de los lugares comunes y las obviedades. El Betis de Pellegrini sufre también este estado de cosas: se repiten palabras como competitividad y, cómo no, intensidad (esta es detectada o no según el partido se gane o se pierda), y todos dicen que el ingeniero tiene un plan, pero nadie nos cuenta –ni siquiera lo intentan– cuál es el plan del Ingeniero.
Ni la reciente polémica agitada por el simpar Pepe Elías, con su muy lícita comparación entre este Betis de Pellegrini y el de Setién, generó comparaciones tácticas de cierta enjundia entre uno y otro equipo. Sería estéril entrar ahora en discusiones sobre resultados, gustos o niveles de plantilla entre ambas épocas –ahí están los números para quien quiera consultarlos–, pero sí sería interesante tratar de analizar al menos cómo juega el Betis actual, a ser posible con datos, como los que nos facilitan los buenos analistas especializados.
Basta con jugar un poco con los datos de portales como Understat para hallar datos llamativos sobre los béticos en estas ocho primeras jornadas de LaLiga, que nos permitan sacar algunas conclusiones tácticas. Así, podemos averiguar que el Betis es uno de los equipos que más pases enlaza en las cercanías del marco rival (2º tras Real Madrid) y el 4º que menos pases tolera cerca de su portería: ambos registros nos hablan de un equipo que suele encerrar a sus rivales y que, sobre todo, defiende muy lejos de su puerta. De hecho, hasta el partido de Villarreal el Betis era también uno de los equipos que menos dejaban salir al rival con el balón jugado (muy baja PPDA, pases completados por el rival en su propio campo por cada acción defensiva del Betis), lo que es claro indicio de que estamos ante un cuadro que hace una eficiente presión alta. Al contrario, el Betis era uno de los equipos que mejor resistía la presión ajena al sacar el balón desde atrás (OPPDA), y la combinación de ambos factores lo situaba en un buen puesto en cuanto a la tan manida posesión, aunque no fuese tan abusiva como en otros tiempos: ciertamente estamos ante un Betis más vertical que aquel, especialmente tras robo alto.
La fuerte caída del equipo en las estadísticas de PPDA y OPPDA –y por supuesto en la de posesión de balón– tras el partido de Villarreal, en el que los béticos se vieron sometidos por el rival, nos habla también de una curiosa característica de este regularísimo Betis: es prácticamente invencible para equipos de un nivel inferior al suyo, pero casi nunca mete mano a los rivales que lo superan, aunque sea levemente, en nivel futbolístico objetivo. Y es que este flexible Betis lo pasa mal sin balón, pero no es amigo de tomar riesgos extremos ante rivales superiores, ni al sacarlo ni al buscar al rival arriba. Tal vez esa sea su próxima asignatura por aprobar. Pronto llegarán los exámenes.