Hace no mucho le preguntaban a Manuel Pellegrini sobre las opciones del Real Betis de optar a la cuarta plaza, a lo que él contestaba con algo parecido a esto: «Estando a dos puntos del primero, por qué mirar la cuarta plaza».
Aviso de que no transcribo sus palabras exactas, pero es que a un servidor no le importa lo que dijo exactamente, sino lo que transmitió. Me importa el trasfondo de lo que dice. Su actitud. Pronto llegaron las alabanzas y las críticas. Los que añoraban esa ambición y halagaron sus palabras. Los que lo criticaron o se mofaron porque alegan que decir que el Betis va a luchar por la liga es poco menos que una tomadura de pelo. Vender humo. Ser tribunero, que dirían otros. Pero no. Las palabras de Pellegrini son la certeza. La realidad. La esencia del deporte.
Siempre he defendido que cuando un entrenador es cuestionado sobre los objetivos a principio de temporada debe pensar lo mismo: ganar la liga. Muchos dirán que eso es vivir en las nubes, pero cualquier mentalidad que no sea esa me molestaría. Y acepto que el discurso sea otro: hay que ir partido a partido, tenemos que ser conscientes de dónde estamos y de lo que sería un buen objetivo para el club… El que sea, pero la mentalidad debe ser conseguir lo máximo. Si juegas la Copa del Rey, hay que ir a ganarla. Si juegas en Europa hay que llegar hasta el final y ganar. Si juegas la liga, hay que vencer en las treinta y ocho jornadas que componen la competición. Si tu mentalidad empieza por pensar que perderás o empatarás ante cuatro, seis u ocho equipos, no tienes posibilidades. Estas perdiendo desde antes de empezar. Luego será la competición la que te ponga en tu lugar. Tal vez los demás equipos hagan las cosas mejor que tú. Puede que tengan mejores jugadores o quizás es un aspecto colectivo el que los ha hecho mejores. Igual pierdes esos partidos y en lugar del primer puesto quedas el doce, perfecto. Pero la mentalidad ganadora no es negociable. Esa tiene que estar o serás un perdedor desde antes de iniciar la temporada.
En estas palabras no encierro solo al Real Betis aunque haga mías las palabras de su técnico. El Cádiz, Osasuna, Valencia o Celta de Vigo, por decir algunos, también deben tener esa mentalidad. Ayer el Cádiz no fue al Madrigal a perder porque el Villarreal “sea mejor”. Fueron a ganar desde el principio y estuvieron cerca de conseguirlo. Eso es fútbol. Es la vida. Si emprendes un proyecto, tu objetivo es hacerlo lo mejor posible y ser el número uno. No puedes frustrarte si no lo consigues y debes ser consciente de que los habrá mejores que tú, con más medios, más talento o habilidad. Pero como ya he dicho, la mentalidad es innegociable. Carecer de ella te llevará a conformarte y conformarte te llevará a no aprovechar todo tu potencial.
No, señor Pellegrini, yo no voy a mirar al cuarto estando a dos puntos del primero. Más adelante, según venga la liga y los resultados, si la clasificación nos ofrece ser cuartos habrá que luchar por serlo, porque estará genial. Magnífico. Incluso repetir Europa con un quinto puesto sería sensacional. Pero ¿ahora? No, no es momento de pensar que vamos a perder. Es el momento de competir para volver a ganar y que sea el trabajo ─y la realidad─ quien nos otorgue un puesto en la clasificación.
La mentalidad ya la tenemos. Es el primer paso que había que dar. Ahora demos los demás y que el esfuerzo nos lleve tan lejos como merezcamos.