Si febrero fuera un mes de 31 días, el partido de vuelta de semis de Copa contra el Rayo estaría dentro de la misma hoja del calendario, por eso también cuento esos 90 minutos. Si conseguimos resolver la eliminatoria contra el Zenit dentro del tiempo reglamentario, sin prórrogas ni penaltis, y hacemos lo mismo en el Villamarín en Copa del Rey, habrán pasado nueve horas de juego en las que nuestro Real Betis tiene el primero de sus match ball.
Podría lanzar unas preguntas al aire y esperar vuestra respuesta. Podría preguntaros, todo en supuestos casos, si preferís intentarlo todo para ganar la Copa del Rey, la Europa League y por tanto clasificar a Champions (o quedando entre los cuatro primeros en Liga), o repetir clasificación para Europa League. Pero luego nos llamarán locos y vendrán a recordarnos los tuits, por eso creo (y el equipo se lo ha ganado) que cada uno sueñe con lo que quiera, que es gratis. Ya me conocéis y sabéis que si me preguntáis no puedo ser otra cosa que realista. Y esto es repetir clasificación para Europa League. Quedarnos fuera sería un fracaso de temporada, viendo cómo se está dando. Y conseguir esto, o más, ya sería un éxito desde mi punto de vista. Llamadme conformista si queréis, pero el que no sepa que el Real Betis es capaz de lo mejor y de lo peor, poco le quiere.
Y me gustaría que os sentéis un momento. De verdad, sólo dos minutos. Intentad ser conscientes de lo que sea que está pasando con nuestro club. De lo que sea que esté haciendo Pellegrini. Y cuando pasen esos dos minutos, me digáis lo injusto y la poca memoria que tiene este deporte como la moneda de esta temporada caiga del otro lado y al final todo se quede en nada. La cantidad de pensamientos positivos que se tornaran en negativos y críticas únicamente destructivas que no van a ninguna parte. Lo que quiero es que penséis que aquí se gana y se pierde en cuanto menos te lo esperas. El penalti de Riquelme contra el Arsenal en el minuto 88. El gol en fuera de juego del Dortmund en el minuto 92. El Ingeniero no debería volver a pasar por algo así en una eliminatoria, porque a la tercera va a la vencida. Pero también no hay dos sin tres.
En las próximas nueve horas de fútbol que disputarán las Trece Barras hay un segundo cuarto de temporada. El primero ya se ha consumido y pasado con nota. Faltarían dos cuartos más para culminar una temporada que ni los más viejos recuerdan. La euforia mal contenida es una muy mala aliada. Calma y precisión, mis Béticos y Béticas del universo. Dentro de nueve horas de fútbol nos volvemos a leer.