El Betis arranca su andadura europea por segunda campaña consecutiva con el objetivo de dar un paso más y superar los octavos de final de Europa League, donde el equipo cayó con honores en los instantes finales de la prórroga ante un Eintracht que meses después se proclamó campeón del torneo. Sabemos que en la hoja de ruta de Pellegrini está no mirar más allá de lo inmediato, pero todo aficionado bético tiene la ilusión de ver a su equipo entre los mejores de esta competición.
Tras repetir clasificación europea, el bonito reto de mejorar los resultados de la temporada anterior, como viene haciendo el Betis de Pellegrini en todas las competiciones desde que el técnico chileno se hizo cargo del banquillo verdiblanco. De sextos a quintos en liga y de cuartos de final a campeones de Copa. Un nuevo desafío para un grupo que quiere seguir creciendo y dando pasos hacia adelante, también en Europa.
Probablemente veamos de inicio a un equipo bien distinto al que ha comenzado de forma brillante la competición liguera, pero con el mismo compromiso para encarrilar la clasificación en esta fase de grupos desde un primer momento. Toda competición importa y serán cuatro en esta 22/23, una temporada exigente y atípica por el parón mundialista de finales de año. Muchos partidos, pero con la experiencia previa adquirida la temporada pasada en la que fueron 56 los encuentros oficiales que disputó el equipo.
Jugar en Europa de manera habitual y no como algo excepcional se ha convertido en algo indispensable para mantener, en la medida de lo posible, una plantilla que pueda aspirar a cotas importantes año a año. Ya hemos visto los problemas económicos que arrastra el club desde hace varias temporadas y que han impedido tener una planificación tranquila desde que Pellegrini llegó al club en el verano de 2020.
Este cuerpo técnico ha hecho un trabajo excelente con la plantilla que ha tenido a su disposición estos dos últimos cursos, sacando lo mejor de cada futbolista, incluso más de lo esperado en muchos casos y confiamos en que vuelva a ser así una campaña más tras un mercado con alguna carencia, como la de un lateral derecho que se ha visto debilitado tras la marcha de Bellerín.
En cualquier caso, plena confianza con un equipo que ya nos hizo tocar el cielo la temporada pasada y que, con el Ingeniero a los mandos, es capaz de cualquier logro que hasta antes de su llegada parecía una utopía. A seguir disfrutando del camino y soñando con repetir noches como la de La Cartuja, porque con este entrenador en el club, el Betis no tiene techo.
