El Girona domina al Betis en la segunda mitad. Más y mejores han sido las ocasiones del equipo catalán en el Villamarín. Sin embargo, una mala entrega de Samu Sainz acaba en los pies de Borja Iglesias. El delantero verdiblanco se zafa cuerpeando de Bernardo y corre en solitario hacia la meta visitante. Frente al portero no tiene piedad. Con la zurda, por bajo, cruza el balón y anota el tanto del triunfo. Sangre fría. Instinto depredador. Alma de goleador. Antes, había empatado el encuentro con un trallazo desde el punto de penalti, donde se está mostrando infalible. El Panda lo vuelve a hacer y el Betis suma quince de dieciocho puntos en este arranque liguero para soñar. La grada enloquece y grita: ¡Borja selección!
Hace un año inicié mis artículos de opinión en Onda Bética. Mi primera entrega hablaba de “un jugador especial”. Pedía confianza en Borja y alababa su comportamiento tanto dentro como fuera del campo. ¡Es increíble hasta dónde ha llegado unos meses después! Nada menos que a ser internacional con Luis Enrique, un seleccionador que tiene sus preferencias y al que es complicado conquistar (que se lo digan a Iago Aspas o a Sergio Canales). El Panda celebró su llamada al equipo nacional con dos goles frente al Girona y con otra actuación para el recuerdo. Una más.
Coleccionista de éxitos. Porque Borja Iglesias ha sido nombrado mejor jugador de La Liga en agosto, es el máximo goleador español en lo que llevamos de 2022, marcó el gol del Betis en la final de Copa en la Cartuja (donde también fue elegido MVP) y es el delantero centro titular del tercer clasificado de la competición española. Esto lo rematará con el Mundial, del que estoy seguro formará parte. Crucemos los dedos para que las lesiones lo respeten.
El valor de todos estos logros es enorme. No olvidemos que Borja llegó después de clasificar al Espanyol para la Europa League y salir a hombros del estadio periquito. El Betis desembolsó mucho dinero por su fichaje y el primer año en Heliópolis fue muy complicado. El Panda tuvo que leer y escuchar críticas de todos los colores; algunas constructivas y justificadas, porque las cosas no le salían bien, pero otras absolutamente demenciales, entrando incluso en cuestiones personales. No es sencillo salir de una situación tan difícil. La cabeza va por un lado y tus ganas y deseos van por otro. Te bloqueas y no hubiera sido el primero ni el último jugador que se hunde en mitad de su carrera deportiva. Estar en el centro de las miradas de todo el mundo requiere una dosis extra de perseverancia, sacrificio y ponerte una coraza para continuar trabajando duro. Taparte los oídos y solo mirar hacia delante.
La sonrisa de Borja regresó aquella noche de niebla espesa en Sevilla, en la que anotó dos goles en Copa del Rey frente a la Real Sociedad. Estoy seguro de que el apoyo de la plantilla y del cuerpo técnico fueron fundamentales para su renacer. Pero sin sus ganas, la pelea consigo mismo y su ilusión no habría sido posible salir del bache. El mérito es suyo. Y se ha convertido en el ejemplo perfecto de que puedes lograr lo que te propongas con esfuerzo y sin darte jamás por vencido.
El sábado se celebró el día mundial del panda rojo. ¿Casualidad? Posiblemente. Lo cierto es que Borja Iglesias marcó al día siguiente un doblete y se está mostrando como el mejor y más fiable delantero español de La Liga, partido tras partido. La rúbrica llegará en unas horas cuando nuestro querido Panda se ponga la camiseta de España. Muchos béticos verán ese partido solo por ti. Suerte, Borja, y sigue sonriendo.
