No va más. Al menos hasta el próximo mes de enero. El pasado lunes se ponía punto y final a uno de los mercados futbolísticos más extraños que se recuerdan, tanto por fechas en el calendario, como por reducción de ingresos a nivel global a causa de una pandemia que no iba a pasar de puntillas por el mundo del deporte. Debido a esta circunstancia excepcional, son muchos los clubes que se han visto obligados a apretarse el cinturón para cuadrar unas cuentas seriamente afectadas por los hechos acontecidos. Si a esta situación le añadimos un pobre rendimiento deportivo la temporada anterior y por consiguiente, una disminución notable del valor de la plantilla, el problema se multiplica para el club que lo padece. Es precisamente el caso de un Betis que ha tenido serias dificultades para reforzarse en este atípico mercado de fichajes.
A diferencia de temporadas anteriores, en el club verdiblanco han optado en esta ocasión por utilizar una partida importante del presupuesto en la incorporación, tanto de un director general deportivo contrastado, como de un entrenador experimentado de amplia trayectoria. Y es precisamente Manuel Pellegrini el que acapara todos los focos desde el comienzo de la competición. La plantilla, salvo algunos retoques principalmente en línea defensiva, es prácticamente la misma (18 futbolistas continúan) que rindió muy por debajo de sus posibilidades el curso pasado y el técnico chileno, junto a su cuerpo técnico, serán los encargados de sacarle el máximo rendimiento posible a este grupo de jugadores que tienen a su disposición.
Es cierto que contar con un técnico con más de 30 años de experiencia en los banquillos y logros importantes a sus espaldas no te garantiza el éxito pero no cabe duda de que es más probable lograrlo con alguien de su bagaje. Gran predicamento en cualquier vestuario o capacidad para gestionar tanto el exceso de confianza tras una racha positiva como el pesimismo en momentos complicados. Eso sí te lo puede garantizar un Pellegrini que ha vivido situaciones de todo tipo a lo largo de su extensa carrera deportiva. Pronto aún pero en este inicio de temporada ya hemos podido comprobar como la plantilla cree en su discurso y salvo el partido en Getafe, algo que no se debe volver a repetir (buena reacción posterior en Valencia), el equipo ha estado a la altura de lo que demanda el aficionado y la propia institución.
Para concluir e incidiendo en el asunto de las dificultades económicas experimentadas en esta campaña, el club ha logrado mantener a sus principales activos tras la segunda temporada consecutiva sin lograr clasificarse para competición europea, con el perjuicio económico que ello conlleva, pero es una situación que no se puede prolongar más en el tiempo. Ni el presidente, ni el director general deportivo, ni el entrenador… Nadie en el club lo va a decir públicamente, porque es una hoja de ruta que no ha funcionado los últimos años, pero el objetivo del Betis no puede ser otro que estar en Europa la próxima temporada. De lo contrario, se encontraría ante un escenario en el que sería inviable mantener nuevamente ciertos sueldos y la obligación de desprenderse de varios de los futbolistas más importantes de la plantilla, presumiblemente por debajo de su valor de mercado.
La fórmula del partido a partido, o incluso entrenamiento a entrenamiento como recalcó Antonio Cordón en la presentación de Juan Miranda, creo también que es la más correcta pero a su vez confío en que de puertas para dentro sean plenamente conscientes de la importancia de lograr buenos resultados y clasificaciones desde el principio. El fútbol no espera a nadie.
