¿Recordáis aquel mítico video de Carlos Sainz y Luis Moya? Para aquellos más jóvenes sabed que en 1998 iban a convertirse en campeones del mundo de rallys pero a solo 500 metros de la meta se les avería el Toyota Corolla y se quedan tirados, apagan el motor con un pequeño extintor y el copiloto Luis Moya le grita a Sainz “¡Trata de arrancarlo Carlos por Dios, trata de arrancarlo! Pero aquel coche no volvió a arrancar y Tommy Makkinen los rebasó ganando el Rally de Inglaterra arrebantándoles ese campeonato del mundo que estaban rozando con la punta de los dedos. No recuerdo una manera más cruel y dantesca de perder un título y vosotros os estaréis preguntando la relación de esta triste historia con el Real Betis Balompié. Fácil, cada vez que rememoro aquella escena pienso en el Betis como en ese Toyota Corolla que se detuvo en el momento más inoportuno, justo cuando lo tenían todo a su favor.
Todos los béticos empezamos cada año llenos de ilusión y expectativas para luego terminar casi siempre totalmente defraudados. Esta temporada Manuel Pellegrini no tiene coche nuevo pero está aprovechando muy bien el del año pasado con unos pocos retoques. Aunque Pellegrini no disponga de una buena caja de recambios es cierto que le está sacando un buen rendimiento en general a pesar de ser un coche reciclado, eso sí, de vez en cuando culea en algunas curvas, lo que le hace perder tiempo, pero sabe exprimir el motor al máximo debido a la gran experiencia que posee en estas lides.
Está claro que Manuel Pellegrini tiene más trabajo en talleres que en carrera, debe apretar bien las tuercas y las arandelas para que ninguna junta le pierda aceite y termine provocando un incendio que lo deje tirado cuando estemos mejor situados. Espero que “el ingeniero” se manche las manos bien de grasa y si hay que golpear fuerte en alguna pieza para encajarla que la golpee como si no hubiera un mañana, pero que no deje la mecánica y se centre solo en la conducción porque fijo que se nos cala el Betis antes de llegar a la meta.
Don Manuel queremos una alegría este año, pero bien grande, no nos defraude, el coche apunta maneras, que no tengamos que oír eso de “¡Manuel trata de arrancarlo por Dios!” porque estamos muy hartos de que se nos gripe el motor todas las temporadas.