Tras un accidentado parón de selecciones en lo que al Betis se refiere, el equipo retoma la competición liguera ante un Athletic en horas bajas y con un Gaizka Garitano muy discutido, que afronta un partido decisivo respecto a su continuidad en el banquillo vasco tras un decepcionante inicio de temporada.
No es San Mamés un estadio propicio para el Betis. De hecho, no conoce la victoria a domicilio en este nuevo feudo pero con misma denominación, tras su inauguración en septiembre de 2013. La última victoria bética en tierras bilbaínas data de la jornada inaugural de la temporada 2012/13, aún en el antiguo estadio. Ese 3-5 bajo la batuta de un Beñat que puso patas arriba una Catedral en la que siempre soñó con salir por la puerta grande.
Volviendo al presente, si el Athletic afronta el partido del próximo lunes en un momento anímico complicado, el Betis lo hace mermado por una serie de bajas significativas. A las ya conocidas con anterioridad de Mandi por sanción y Fekir por lesión, se une la de un Canales que puso el corazón en un puño a todo el beticismo cuando se tuvo que retirar por problemas musculares del España-Alemania disputado en La Cartuja.
Motor y brújula del equipo, el capitán sin brazalete. No es necesario hacer más referencias sobre la importancia del cántabro en el esquema de Pellegrini. El conjunto bético pierde al futbolista más importante en la zona de creación y es más que evidente que su baja se va a notar el tiempo que esté ausente. Hasta aquí los lamentos. El Betis dispone de alternativas en una plantilla a la que tanto Cordón como Pellegrini dieron el visto bueno una vez cerrado el mercado de fichajes. La prioridad fue la de mantener el bloque de la temporada anterior y ahora es el momento de demostrar que la planificación no ha sido deficiente.
Ni decisiones arbitrales, ni críticas por parte de aficionados o prensa, ni pérdidas económicas a nivel global. Situaciones que experimentan todos los clubes y que no sirven como coartada para justificar un hipotético fracaso. Lo que hay que hacer es arrimar el hombro todos juntos para evitarlo. Cordón hablaba de la importancia de crear grupo antes que la llegada de cualquier fichaje, ahora hay que demostrarlo con hechos. El Betis no se puede permitir tirar otra temporada por la borda como consecuencia de la lesión de un jugador, por muy importante que sea para el equipo.
El pasado martes se dio la curiosa circunstancia de que el futbolista que entró para sustituir al mencionado Canales fue un tal Fabián Ruiz. Un chaval de Los Palacios y Villafranca que llegó a Heliópolis siendo un niño, se marchó como futbolista profesional y a día de hoy es uno de los estandartes de la actual selección española.
La moraleja es que ante imprevistos o situaciones adversas, la solución puede estar en casa. Si echamos de nuevo la vista atrás para recordar la última gran alegría verdiblanca en aquella final copera en el Vicente Calderón, ante Osasuna formaban parte del equipo titular los Doblas, Melli, Juanito, Rivas, Arzu y Joaquín. Más de la mitad del once eran canteranos, a los que hay que sumar posteriormente un Varela que asiste a un Dani que tira a puerta y… El desenlace lo conocemos todos los que tuvimos la suerte de vivirlo y es inevitable sonreír al recordarlo. Y tanto que merece la pena mirar a la cantera.
