Una de las frases más repetidas estos días es que los futbolistas, como cualquier trabajador, están en su derecho de acogerse a sus respectivos contratos. Esto es indiscutible e incuestionable, incluso aunque el jugador en cuestión no sea de nuestro agrado.
Hay veces, muchas, que en el camino del Real Betis Balompié se cruzan futbolistas de dudoso nivel. También hay jugadores cuya profesionalidad queda en entredicho. El colmo es cuando se unen ambas premisas. Ocurrió en muchas ocasiones del pasado, pasa en el presente y volverá a suceder algún día.
No voy a valorar aquí las cualidades y defectos que Joel Robles ha mostrado defendiendo la portería del Betis, pero sí me voy a permitir el lujo de dudar de su ambición como futbolista profesional. Entiendo que en Sevilla se vive de maravilla y que el Betis paga muy bien. Pero cualquier jugador que se precie, al recibir el comunicado de que su club no cuenta con él, estaría haciendo las maletas y buscando otro lugar donde proseguir con su carrera y demostrar que sí vale para jugar en Primera, en Segunda, o donde cada uno pueda. Esto demostraría ambición y dignidad, todo lo contrario de aquel que prefiere estar un año sin jugar, aunque ello suponga lanzar cuesta abajo su propia carrera deportiva. Porque, seamos serios, ¿qué equipo de Primera va a querer contratar a Joel en 2023?
Y sí, está en su derecho. Incluso con la mala situación económica que atraviesa el Betis. Incluso aunque ello suponga no poder traer a Dani Ceballos y perjudicar claramente al club. Incluso aunque haya sacado de quicio a los béticos en mil ocasiones. Incluso aunque le hayan tirado 21 penaltis en el Betis y le hayan marcado 20.
Está en todo su derecho, igual que está el Betis en su derecho de poner al canterano Dani Rebollo por delante suya. Igual que Loren y Sidnei estaban en su derecho de cobrar hasta el último céntimo, pero decidieron perdonar una parte. E igual que Yassin Fekir estaba en su derecho de permanecer en el primer equipo, pero ha preferido mirar por el club.
Y, por último, y no menos importante: igual que la afición del Betis está en todo su derecho de dictar sentencia sobre el comportamiento de cada jugador.
