Semana complicada la que ha dejado atrás un Betis que comenzaba ganando a Osasuna, pero que se ha visto apeado de la Copa del Rey en cuartos de final cuando tocaba el pase con la punta de los dedos y que ha perdido su imbatibilidad particular en 2021 tras el último partido disputado en liga.
Ambos encuentros tuvieron un denominador común, la entrega y el compromiso de todos los componentes de la plantilla, pero ante rivales de peso como Athletic y Barcelona, no ha sido suficiente. Dos importantes reveses tras los que está por ver la respuesta del grupo comandado por Manuel Pellegrini.
El equipo sigue teniendo los mismos vicios defensivos adquiridos varias temporadas atrás que propician que a día de hoy sea el conjunto más goleado de Primera División. Existe mejoría en este aspecto si tenemos en cuenta el comienzo del curso pero a priori se antoja escaso para optar a algo más que a una simple permanencia en la categoría.
Es más que evidente que el Betis necesita una reestructuración considerable de la parcela defensiva el próximo mercado, pero mientras tanto, hay dieciséis finales por delante en las que todos y cada uno de los componentes de este equipo deberían estar a la altura del club al que representan. No se pueden permitir bajar los brazos una vez más, como ocurrió en campañas anteriores cuando llegaron contratiempos similares a los actuales.
Cuando surgen los problemas en forma de malos resultados es cuando salen a relucir los equipos sólidos. Caer tras una buena racha debe servir de motivación para volver a recuperarla, no para tirar la toalla y esperar que la próxima temporada ‘sea la buena’. Hay que dejarse la vida en el campo en este tramo final y cuando finalice la trigésimo octava jornada de liga, veremos donde estamos situados. De momento, lo han hecho tras la decepción copera aunque el resultado no acompañase ante Messi y compañía. Ahora debe tener continuidad.
Y el próximo domingo hay un partido ideal para seguir demostrándolo, frente un rival como el Villarreal que ocupa uno de los puestos europeos que el Betis pretende. De ganar, se situaría a solo tres puntos de distancia del conjunto castellonense, además de superarle en el gol average particular. Llega con muchas bajas en el centro del campo el conjunto de Unai Emery y es ahí donde el Betis debe hacerse fuerte y dominar el desarrollo del encuentro. Partido clave, decisivo para enfocar las aspiraciones del equipo en este tramo final de temporada.
Ganar, ganar y volver a ganar, pero también levantarse cuando vienen mal dadas. Es lo que ahora tiene que demostrar un Betis que comenzó el año de manera espléndida y que se ha encontrado con los primeros obstáculos en el camino. La clave está en convertir la derrota en una excepción y no en algo habitual. Que un partido perdido o una eliminación no suponga una crisis pero sí un motivo de reflexión importante para reponerse cuanto antes. Cuarenta y ocho puntos en juego y mucha tela aún por cortar. Toca demostrarlo sobre el césped. Hasta el final, Betis.