Vaya tela con Jorge Molina. El que hasta hace unos años fuera delantero del Real Betis parece haberse olvidado por completo de aquellos maravillosos años (no todos), la despedida el último día en el Villamarín y de aquel miembro de Gol Sur que le dijo tras el partido: «Esta es tu casa». Pues no. Molina marcó anoche el segundo gol del Granada en el Camp Nou y el que le acabara dando los tres puntos a su equipo para soñar con volver a Europa y recortar con el Betis hasta los cinco puntos. Lo que tiene ser un profesional como la copa de un pino, y no como Mandi, que estará esperando la ocasión perfecta para cometer algún penalti, ser expulsado o dejarse marcar para que su equipo a partir de la próxima temporada juegue la Europa League y no la Conference.
El Betis es así. Y los béticos, tambien. Derrotistas a más no poder. Hasta el más optimista del mundo tiene en su adentro la pesada sombra negra de la derrota. Esa sensación con la que uno se levanta el día del partido, desayuna, pasa la mañana, almuerza y se sienta a ver el partido: – ¿Qué te pasa, Paco? – preguntó preocupada su mujer – Que estoy hoy con la cosa de que perdemos- respondió.
Derrotistas por naturaleza. Cinco empates seguidos, que por un lado suman la friolera de un mes sin perder, pero por otro, la de un mes sin ganar cuando de haber sumado cuatro puntos más entre Elche y Valencia -si no se hubiera hecho el tonto- podríamos decir que Europa estaba en la mano y la quinta plaza en disposición de pelearla hasta el final. Pero no. El Betis le ha dado vida a los equipos de abajo, la Conference League sobrevuela por el horizonte y el Granada o el Athletic van a querer dar guerra hata el final. ¿A que se queda el Betis fuera de Europa después de todo? ¿A que en Valladolid empatamos otra vez? ¿Y después ganarle al Granada? Verás, verás… El cagómetro se está disparando. Más nos vale confiar en el plan de Pellegrini, en Fekir, en Canales, en Borja Iglesias y hasta en Yassi Fekir por si acaso. Rezen. Rezen lo que sepan. Lleven flores a la Macarena, al Gran Poder o a San Judas Tadeo.
Vaya veranito nos puede quedar por delante. Yo me entiendo.
PD: Nótese la ironía. Que nos conocemos.
