La Contracrónica del Real Betis-Getafe CF (2021/2022)
Por Pablo Montaño
Si quisieras hacer el partido perfecto, ¿cómo sería? El fondo (o resultado) es importante, pero las formas (que vienen a ser el juego y las sensaciones) también. Por eso mismo, si mi objetivo fuera hacer el partido perfecto, intentaría que se pareciera lo máximo posible a la actuación del Real Betis ante el Getafe CF en el Benito Villamarín. El Real Betis de Manuel Pellegrini. La cuadrilla del Ingeniero funcionó como una orquesta recién afinada. La principal tarea de los aprendices verdiblancos, además de llevarse los tres puntos, era no repetir el error tantas veces cometido en jornadas de trabajo anteriores. Los de Míchel llegaban a Heliópolis más necesitados de herramientas y material que los pupilos del chileno, con las fechas de entrega de su particular proyecto más que sobrepasadas, y por desgracia son numerosas las ocasiones que la parroquia bética ha visto, perpleja e indignada, cómo prestaba el Real Betis hacía más por sus rivales que por ellos mismos. Pero esta vez, por fin, no fue así.
Una vez los últimos obreros verdiblancos picaron para salir de las oficinas del Benito Villamarín, los planos del Ingeniero se fueron a la carpeta sin ni un solo borrón. El Plan salió tal y como Manuel Pellegrini había ideado. Los tachones y correcciones que había tenido que hacer en varias ocasiones el chileno desde que echó a rodar el Plan 2.0 del Real Betis no tuvieron lugar en la séptima jornada liguera de trabajo. Los verdiblancos no solo fueron mejores que su rival, sino que pudieron endosarle una goleada aún mayor al Getafe CF. Y si todo salió a pedir de boca es porque los aprendices siguieron las instrucciones de Manuel Pellegrini al pie de la letra. Los grandes proyectos de construcción que llevan a cabo los ingeniero civiles necesitan de los trabajadores más cualificados. Quizás el Real Betis no tenga a los mejores, pero, para el aficionado bético, ellos sí que pueden llegar a serlo. La actuación del Real Betis, más allá de las individuales, fue un todo. Pero es que el partido de Edgar González, Héctor Bellerín, Guido Rodríguez, William Carvalho y Nabil Fekir dejó sin palmas, y con la boca abierta, al público del Benito Villamarín.
Aún así, incluso cuando sacas un sobresaliente, te quedas con ganas de más. Siempre piensas en lo que te habría faltado para sacar la matrícula de honor. Manuel Pellegrini terminó la jornada de trabajo sin ni un tachón en su planteamiento, pero con los planos llenos de asteriscos. Siempre hay algo que mejorar. El Real Betis dejó, por fin, la portería a cero y apenas sufrió atrás, pero hubo que especuló con el resultado. El conjunto de las trece barras marcó dos goles (o golazos), pero se dejó en el tintero cuatro tiros al palo y una superioridad aplastante que podrían haber hecho de una victoria más una goleada histórica. Es decir, la labor de la cuadrilla fue perfecta a falta de detalles. Jornada a jornada, partido a partido, el equipo de la Palmera mejora. Planifica, trabaja, borra y corrige. Algunas veces para bien y otras para mejor, pero siempre corrige. La lograda ante el Getafe es una victoria que difícilmente se borrará de la retina del aficionado bética, tanto por fondo como por formas. Y es que, si algo bueno tienen las grandes edificaciones, es que como mejor lucen es cuando están acabadas.