Victoria sufrida pero con final feliz en el Groupama Arena. El Real Betis volvió a ganar en su segunda jornada de UEFA Europa League ante un Ferencváros que supo hacer sufrir al equipo verdiblanco durante una buena parte. A pesar de ello, la pizarra de Pellegrini volvió a surtir efecto y volvieron a puntuar en un partido que no sorprendía que el rival llegase a molestar mucho.
El conjunto de Pellegrini tuvo muchas rotaciones tras el encuentro ante el Getafe. Jugadores como Montoya, Álex Moreno, Bartra, Guardado o Paul fueron las caras nuevas del día de ayer. Con su ya conocido esquema, el chileno quería plantear su partido de siempre pero, en esta ocasión, con un ritmo mucho más pausado. Mientras tanto, el conjunto magyar tampoco tocó el esquema de tres centrales donde querrían buscar la salida en corto y llegando rápido a los delanteros. En ese once llegaron a dejar varios cambios conforme su anterior partido, entre ellos la llegada de Uzuni, goleador en la noche de ayer, que mostró el motivo por el que es pichichi del equipo.
Desde el principio del partido los verdiblancos saltaron muy rápidos. Mientras que los visitantes comenzaban a ocupar muy buena parte del campo, los locales andaban muy bien replegados, con las líneas bien juntas y sin titubear a la hora de echar balones fuera. Se encontraban a la espera de un error de los verdiblancos para contragolpear pero tuvo que llegar Fekir para poner a los suyos por delante. Mención especial al francés que está cada vez mejor, alguien con tal calidad de clase mundial para el Real Betis es oro molido. Y si a eso le sumamos esa racha de goles o creaciones de ocasiones de gol que está generando por partido, le convierten en una bestia que actualmente está muy despierta.
Después del gol la situación seguía siendo la misma: presión alta a la salida del balón y muy cerca del área de Dabusz. Cuando hablamos del juego con balón, como comentamos al principio del artículo, buscarán posesiones largas. A veces llegaban a ser demasiado largas, con el objetivo de que el rival no pudiera aprovechar cualquier error para el contraataque. Pero ese mismo arma se volvió en su contra.
Error gravísimo el de Germán Pezzella, cuando a la hora de controlar el pase de Bartra, no lo recoge bien y Uzuni mete la pierna para llegar a portería. El resultado, como era evidente, fue un gran gol del punta albano. Este tanto golpea más cuando es al borde de la primera mitad. Era un Betis muy horizontal, nada de los que nos tenían acostumbrados los de Pellegrini. No mostraba apenas peligro con las ocasiones que tenía el club sevillano.
Habían algunos nombres que desentonaban durante esa primera mitad, Paul Akoukou el que más. El pivote costamarfileño no realizó buenas acciones en el partido. Lento en las entradas, demasiado agresivo en ciertas ocasiones y sin mucha idea de dónde se encontraba. Cada día que juega deja más dudas sobre si es el jugador que puede servir para cubrir a Guido.
En la segunda mitad, el contexto del partido cambió. Aunque el Betis seguía intentándolo, el Ferencváros estaba muy metido en el partido. Les salía casi todo: contragolpes, balones a la espalda de la defensa, provocar faltas cerca del área… El campo rugía de la emoción porque el equipo cambió el chip pero no por mucho tiempo. Ante la amarilla que poseía Paul, Manuel Pellegrini lo sustituyó por Guido y desde luego que cambió la dinámica de ese doble pivote. Junto con Guardado algo más libre sin necesidad de estar atento en defensa, compenetraban muy bien. Sobre todo el mexicano que llegó a realizar un total de 6 balones en largo completados de 12 realizados. Un dato que mostraba lo rápido que andaba el veterano a la hora de buscar hacer daño por las bandas teniendo a Rodri o Fekir.
Por último, llegaría también la entrada de Willian José. Aunque no pudiera continuar con su racha goleadora, estuvo aportando mucho al club. No muy cerca del área, se ofrecía como apoyo para sacar el balón ante la presión de los húngaros, incluso llegó a realizar la asistencia al último gol del partido, realizado por Tello. Un partido en el que poco más pudo hacer en media hora pero que volvió a demostrar que en su mejor versión es un arma muy poderosa para los de Heliópolis.
Final y vuelta a casa a pensar en el Villarreal, otro partido en el que deberán seguir pensando bien quién puede caer del XI y quien vuelve a entrar. La cuesta de Septiembre se hizo larga, así que solo toca buscar los tres puntos antes del parón de selecciones. Si miramos a Europa, la próxima ronda es ante el «pez gordo» del grupo: el Bayer Leverkusen.
