El equipo de Javi Calleja aún no ha logrado imponer su idea de juego y no logra dominar ningún registro del juego. El técnico ha cambiado el sistema y ha variado entre la defensa de 4 y la de 5 pero no ha logrado mejorar las sensaciones. Frente al Atlético de Madrid cuajó un buen partido logrando la victoria, no obstante, en los enfrentamientos restantes se ha quedado muy corto. Asimismo, se trata de una plantilla justa para Primera División y con falta de futbolistas creativos.
En fase ofensiva es un conjunto que necesita dominar la segunda jugada. Busca el balón en largo sobre el punta, las transiciones verticales y dominar esa segunda acción con la intención de instalarse en campo contrario para generar ocasiones. Aún así, no está consiguiendo dominar este registro, y si a esto le sumas que carece de jugadores creativos y con dotes organizativas, las carencias en fase ofensiva de los babazorros son evidentes.
Sin balón está sufriendo en demasía. Es muy frágil en área propia y no está consiguiendo ser compacto cuando instala el bloque medio. No es sólido en bloque medio, se ve obligado a defender cerca de Pacheco y ahí no está siendo contundente. Además, no puede presionar arriba porque no está en un buen estado anímico y de confianza para asumir riesgos.
Sobre el papel es un contexto que favorece al Betis: un rival en un mal estado anímico, que no está jugando bien y que además, a priori, no va a presionarle. Los de Pellegrini acumulan suficiente talento en campo contrario para asumir ese bloque medio y generar superioridades mediante la buena disposición que plantea habitualmente el técnico chileno y el positivo estado de forma colectivo.