En la noche del pasado martes, el atacante del Cruzeiro, Rafael Sobis, hizo pública su retirada como profesional tras la victoria de su equipo ante el Brusque. El ariete brasileño de 36 años, que perteneció al Real Betis durante dos temporadas, pone fin a una trayectoria futbolística que siempre quedará marcada por lo que pudo ser y nunca acabo siendo. Su etapa en el conjunto verdiblanco permaneció repleta de anécdotas extradeportivas.
Corría el mes de agosto del año 2006. Manuel Ruiz de Lopera, por aquel entonces máximo accionista de la entidad verdiblanca, anunció el fichaje del joven delantero carioca. Se trataba de un jugador que ilusionó a la mayoría de béticos, pues sus buenas actuaciones con el Internacional de Porto Alegre —equipo con el que conquistó la Copa Libertadores en ese mismo año, anotando dos goles en la final ante Sao Pablo—, habían propiciado su convocatoria por la selección brasileña. Lopera, que acostumbraba a firmar contratos de larga duración a quienes consideraba estrellas mundiales, ató a Sobis con un vínculo por ocho años, tras haber pagado diez millones de euros por su traspaso. De este modo, el delantero se convirtió en el tercer jugador más caro de la historia del club hasta dicho momento, tan solo superado por Denilson (que también firmó un contrato por ocho años) y Finidi.
Cabe señalar que el carioca tenía un acuerdo con el Racing de Santander, que acabó siendo truncado precisamente por Lopera. Preguntado por dicho suceso en la conferencia de prensa, el máximo accionista afirmó que «Sobis es bético desde su nacimiento» y que ese era el único motivo que finalmente había propiciado su fichaje por la entidad verdiblanca. El equipo cántabro acabó firmando a Rubén Castro, jugador que posteriormente se convertiría en una leyenda de heliópolis.
El debut de Sobis no tardó en producirse y, tras ser presentado en la tarde del día 8 de septiembre junto a Odonkor y Vogel, partió como titular ante el Athletic únicamente dos días después. En su primera campaña como bético, el ariete disputó 31 encuentros en los que anotó cuatro goles, quedando su rendimiento muy lejos del esperado. En dicha temporada el conjunto verdiblanco contó con tres entrenadores (Irureta, Luis Fernández y Paco Chaparro). La actuación más sonada del delantero fue en el Camp Nou, donde logró empatar el choque de la 34ª jornada del campeonato en los minutos finales, privando al FC Barcelona de alzarse con el título. El brasileño afirmó en repetidas ocasiones que, lejos de sentirse preocupado por su bajo desempeño, no veía posibilidad alguna de perder su puesto como titular.
En el verano del año 2007, tras la agónica salvación lograda precisamente ante el Racing en el Sardinero (en la que el ariete dejó escapar dos claras ocasiones), muchos fueron los rumores sobre una posible salida del jugador, al que todavía restaban siete años de contrato. Sobis continuó en la disciplina bética en busca de redimirse del mal rendimiento mostrado en el curso anterior. Su comienzo de temporada fue esperanzador, logrando anotar tres goles en siete jornadas. Sin embargo, la destitución de Hector Cúper como entrenador del primer equipo supuso el regreso de Chaparro, que cargó en repetidas ocasiones contra Sobis y su agente. Los desencuentros entre jugador y entrenador fueron constantes, disminuyendo el protagonismo del delantero carioca, que finalizó la campaña de nuevo con cuatro goles en su particular casillero.
En el mercado veraniego de 2008 reaparecieron los rumores sobre la posible marcha del jugador, que se hallaba concentrado con su selección para la disputa de los Juegos Olímpicos de Pekín. A la finalización de los mismos, y no sin antes criticar la actitud de Chaparro, el atacante declaró que su intención era continuar vistiendo de verdiblanco. El día 20 de agosto de ese mismo año, a diez días para la finalización del periodo de traspasos, Lopera también se pronunció, afirmando que «Sobis no sale del Betis este año porque yo no quiero que salga». El delantero acabó marchándose rumbo a los Emiratos Árabes tan solo cuatro días después, por una cifra cercana a los once millones de euros.
Siempre permanecerá la duda de lo que pudo llegar a ser Sobis, así como de los motivos que impidieron su adaptación al Betis. El jugador brasileño se retira tras una carrera plagada de lesiones, baches con sus respectivos entrenadores y declaraciones poco afortunadas. En el recuerdo quedará la historia del delantero al que Lopera presentó como una estrella mundial y que se acabó marchando sin haber dado muestras de su calidad.