Tras caer por 4-0 ante el Bayer Leverkusen en el BayArena, los verdiblancos encaran la 5º jornada de la fase de grupos de la UEFA Europa League con la importante misión de cerrar la clasificación a la siguiente fase de la competición a la espera de un tropiezo de los alemanes para evitar a un equipo Champions y pasar directamente a octavos. Para ello, los de Pellegrini necesitan ganar y que el otro encuentro del Grupo G, que enfrenta a Bayer 04 y Celtic en Leverkusen, se decante en favor de los germanos.
El Ferenváros, tras no conseguir puntuar en ninguno de los anteriores cuatro partidos, visita el Villamarín sin opciones de clasificarse, pero con la convicción de cerrar de la mejor manera posible su periplo europeo y honrar a los aficionados húngaros que han volado desde Budapest y que ya se han dejado ver por Sevilla. Además, el Fradi llega líder de la NB1 tras cuatro partidos consecutivos ganados, sin recibir ningún gol y en racha, aunque Peter Stöger no podrá contar con los importantes Zubkov y Uzuni, lesionados.
En la otra esquina, el Ingeniero también llega con bajas importantes. Además de Joel y Camarasa, que no tienen ficha para disputar esta competición, no estarán disponibles Martín Montoya, con un esguince de tobillo, Sabaly, que sigue de baja, así como Pezzella, que tuvo que ser sustituido ante el Elche en Liga y Rodri y Carvalho. A la lista de bajas se suma la de Nabil Fekir, que cumplirá este jueves el primero de los tres partidos de sanción que le impuso el Comité de Control y Disciplina de la UEFA tras su expulsión por roja directa en Alemania tras su rifirrafe con Demirbay. Una lista de ausencias que bien podría ser de ayuda para Diego Láinez, casi insólito con Pellegrini hasta el momento.
Todo lo que no sea ganar obligaría a los verdiblancos a jugarse el pase a domicilio en la última jornada ante el Celtic de Glasgow. Una situación que, pese a que supondría un último partido trepidante frente a un club querido e histórico, el Betis debe evitar a toda costa para asegurar, al menos, dos encuentros más en Europa y evitar caer a la Conference League.
El choque será arbitrado por el colegiado francés de 44 años Ruddy Buquet, que nunca ha pitado al Real Betis ni al Ferencváros. Un árbitro que destaca por no duda en echar mano de las tarjetas a lo largo de los encuentros. Así lo demuestran sus números en la Ligue 1 francesa con una media de 3,94 tarjetas amarillas por partido.
Sea como fuere, el Real Betis debe conseguir los tres puntos por lo civil o por lo criminal para no meterse en problemas. El partido en el Groupama Arena ya arrojó luz acerca del peligro de los húngaros y de su capacidad para castigar los errores atrás. Un fuerte que los verdiblancos podrán contrarrestar si mantienen el juego y la actitud mostrada en Elche.