El trabajo de Luis García Plaza a los mandos del RCD Mallorca es muy positivo. Se encuentra a seis puntos del descenso, llegó a los cuartos de final de la Copa del Rey y llega al Benito Villamarín tras cosechar dos victorias consecutivas en Son Moix frente a Cádiz y Athletic Club.
El conjunto bermellón no es el equipo más vistoso, y tampoco quien más calidad tiene en las áreas, pero la filosofía del técnico madrileño potencia a sus futbolistas. Sin el balón planta un bloque medio que busca defender en pocos metros, ser sólido y hacerse fuerte. En el área sí es un conjunto con más dificultades y tendente al error. En fase ofensiva basa su fútbol en las transiciones y en el juego directo sobre Vedat Muriqi, el delantero kosovar que ha llegado en el mercado de invierno.
En el partido de ida el Mallorca logró contragolpear y hacer daño al Betis a campo abierto, sobre todo en la primera parte, pero aquella versión de los verdiblancos está realmente lejos de la actual. En la segunda logró reponerse y los ajustes de Pellegrini permitieron a su equipo empatar e incluso quedarse muy cerca de cosechar los tres puntos en aquella primera jornada.
No será fácil para la zaga verdiblanca detener a Vedat Muriqi en el juego aéreo, pero si logra ganar esos duelos, las segundas jugadas, la presión tras pérdida y el ataque posicional estará muy cerca de la victoria por dinámica y pura calidad de sus futbolistas.